Tras más de un mes de intermitencia en el servicio de agua potable por la alta turbiedad en las fuentes de captación, Portoaguas reporta que el 95% de la ciudad ya cuenta con suministro continuo.
Mauro Guillén, gerente de la empresa, detalló que el 5% restante, ubicado en zonas altas, enfrenta problemas de presión, por lo que el servicio aún no llega con normalidad. Alberto Gorozabel, dirigente del sector El Rocío, en la parroquia San Pablo, da testimonio de eso. En su casa, al igual que otras más alejadas, el líquido vital llega a ciertas horas. Pese a ello, reconoce que su situación y la de sus vecinos ha mejorado.
“Si no se paraliza Cuatro Esquinas, seguirá normal. En la 20 de Julio y Cañonazos hasta ahora parece que hay una frecuencia normal. En El Rocío está llegando de a poco”, comentó el morador. Para sectores como este, Guillén mencionó que aplica un plan emergente coordinado con dirigentes parroquiales y el municipio.
Desde mediados de febrero, cuando las lluvias se intensificaron en la zona urbana y rural de la ciudad, la turbiedad del agua que llega a los canales de captación desde los afluentes de la zona llegó a un pico histórico. Portaguas reportó el dato de 130 mil NTU (Unidades Nefelométricas de Turbidez) cuando el máximo para el tratamiento en la planta de agua Cuatro Esquinas es de hasta 10.000 NTU.
Este obligó no sólo a Portoaguas a parar el funcionamiento de la planta de tratamiento en varias ocasiones, también hizo que decenas de familias invirtieran más para tener agua en sus hogares. En algunos barrios, moradores y comerciantes reportaron gastos de hasta 60 dólares por tanquero.
No descartan volver a la dotación de agua por sectores
Portoaguas aplicó el abastecimiento de agua sectorizado la semana anterior, del 10 al 17 de marzo. Aunque el cronograma establecía horarios, desde zonas altas y bajas de la ciudad se reportaron quejas por la falta del servicio. Al respecto, Guillén explicó que “dividimos la ciudad para abastecer día por medio y evitar que el agua se concentre en un solo sector. Ahora, con el clima más estable, hemos abierto el suministro a toda la ciudad”.
Con esta experiencia y con casi un mes más de temporada invernal por llegar, el gerente enfatizó que no se descarta volver a la dotación por sectores. “Si enfrentamos otra crisis como la de febrero, esta estrategia nos permitirá garantizar agua a la mayoría”, afirmó el funcionario.
A mediano plazo, la construcción del tanque del Corozo, parte del plan Triple AAA, promete ser una solución clave, agregó Guillén. Con 4.000 metros cúbicos, abastecería al 60% de la población en condiciones adversas.
Yuliana Marín