A los cientos de habitantes de la parroquia Alluriquín, en Santo Domingo, los persigue el mal recuerdo de abril de 2016.
Nueve años han pasado desde que una fuerte lluvia desbordó el río Damas, arrasando todo a su paso y dejando pérdidas humanas. Por eso, siempre que caen aguaceros, las alertas de los moradores se encienden. Y la tarde y noche del lunes no fueron la excepción.
Ese día, las lluvias en las zonas altas de la parroquia “Dulce”, como Naranjito, hicieron crecer el río Damas a un nivel de 2.8 metros, sobrepasando su estado normal. “Fue una alarma fuerte, estamos hablando de un punto rojo”, indicó Juan Betancourt.
Él es el actual presidente de la parroquia Alluriquín, sector rural de Santo Domingo de los Tsáchilas. Según el funcionario, la creciente de este martes 11 de febrero empezó en el sector San Felipe. Se trata de un recinto ubicado a seis kilómetros de la vía principal de Alluriquín.
La alarma de un posible desbordamiento del afluente hizo que el COE Parroquial se activará y se mantuviera en alerta toda la madrugada. Hasta ahora, el río no había salido de su cauce, pero las constantes lluvias en la zona hacen temer lo peor.
Betancourt se mostró preocupado porque aseguró que, de los tres puntos existentes de un sistema de alerta temprana solo funciona uno. Este sistema de alerta es competencia del Municipio de Santo Domingo.
Se espera mantenimiento en loss equipos
Los otros dos, ubicados a tres y ocho kilómetros aguas arriba del río Damas, están averiados por la falta de mantenimiento. Aquello impide tener una reacción a tiempo en caso de que el afluente se desborde. Es el temor de todos los inviernos en la parroquia Alluriquín.
“Pedimos de forma urgente que se trabaje en el mantenimiento. Hace unos meses se hizo una inspección y allí se descubrió que los sensores estaban averiados”, dijo el dirigente. “No queremos pasar por lo que pasamos en el 2016”, afirmó Betancourt.
Luego de la creciente del año 2016, en la parroquia Alluriquín se han hecho obras de mitigación y se construyó un muro. No obstante y pese a esto, la población asegura que aquello no es suficiente para calmar la furia del río Damas cuando crece.
Según los moradores, en los barrios San Miguel y Dos Puentes se hizo un dragado del afluente, pero lo que se necesita, dicen los vecinos, es un muro de protección. El barrio Central es el que está más expuesto, pues siempre que hay crecidas, este sector es el primero en sufrir el impacto del río.
Parroquia Alluriquín registra taponamientos
Las lluvias de los últimos días en la parroquia Alluriquín han hecho que se cierre la vía Chitoa. Además, el sector Buenos Aires sufrió cinco deslaves, mientras que en San Miguel de Lelia y en Luis Felipe hubo taponamientos de puentes tipo alcantarilla.
El Municipio emitió un comunicado la mañana de este martes 11 de febrero, donde anunció que se suspenderá el servicio de agua potable. La suspensión será desde la noche de este martes y será durante todo el día miércoles 12.
Esto se debe a que el río Lelia se desbordó lo que afectó la planta de captación ubicada en la parroquia Alluriquín. Personal municipal realiza labores de limpieza en la planta para tratar de restablecer el servicio lo más pronto posible.
Redacción Santo Domingo