El síndrome del túnel carpiano es una afección neuromuscular que ocurre cuando el nervio mediano —ubicado en la muñeca— se comprime dentro del túnel carpiano, una estructura anatómica que permite el paso de tendones y nervios. Este trastorno, que afecta principalmente a personas entre los 30 y 60 años, se ha convertido en una de las causas más frecuentes de dolor y entumecimiento en las manos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una presión que genera dolor
El túnel carpiano es un canal estrecho ubicado en la parte interna de la muñeca. Cuando el espacio dentro de este canal se reduce —por inflamación o compresión—, el nervio mediano sufre presión, lo que genera dolor, hormigueo, debilidad o entumecimiento en los dedos pulgar, índice y medio.
Entre las causas más comunes se encuentran los movimientos repetitivos de la mano o la muñeca, típicos en personas que trabajan largas horas frente a un computador, utilizan herramientas manuales o realizan actividades como teclear, coser o ensamblar piezas.
Los trastornos hormonales, como el embarazo, la menopausia o el hipotiroidismo, también pueden provocar retención de líquidos e inflamación, contribuyendo a la compresión del nervio. Además, una fractura o luxación de la muñeca puede alterar la forma del túnel carpiano y aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Factores de riesgo y grupos más vulnerables
Estudios médicos señalan que el síndrome del túnel carpiano afecta con mayor frecuencia a mujeres que a hombres, debido a que, en promedio, ellas tienen un túnel carpiano más estrecho. Asimismo, quienes padecen artritis reumatoide, diabetes o sobrepeso presentan una mayor predisposición a sufrirlo.
En el ámbito laboral, las profesiones más asociadas a esta patología son las que implican esfuerzo manual repetido o uso constante del teclado y el ratón. Operarios de líneas de montaje, secretarias, músicos, conductores y trabajadores de la construcción son algunos de los grupos más expuestos.
Según datos del Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de Estados Unidos, el síndrome del túnel carpiano representa una de las principales causas de bajas laborales por dolor en extremidades superiores, con un promedio de recuperación de entre 4 y 6 semanas en casos moderados.
Síntomas y diagnóstico médico
Los síntomas suelen aparecer de forma gradual. Al principio se percibe un hormigueo leve o entumecimiento en la mano, especialmente durante la noche. Con el tiempo, el dolor puede extenderse hacia el brazo o el hombro y dificultar tareas cotidianas como abotonar una camisa, escribir o sujetar objetos pequeños.
El diagnóstico se realiza mediante una evaluación clínica y pruebas específicas, como la electromiografía (EMG), que mide la conducción eléctrica de los nervios. En ocasiones, el médico también solicita una ecografía o resonancia magnética para descartar otras causas de compresión nerviosa.
El tratamiento depende de la gravedad. En etapas iniciales se recomiendan férulas de inmovilización, fisioterapia y antiinflamatorios. En casos más severos, puede requerirse una cirugía de liberación del túnel carpiano, con altas tasas de éxito.
Prevención y hábitos saludables
La prevención juega un papel esencial. Especialistas aconsejan realizar pausas activas cada hora de trabajo, estiramientos suaves de muñeca y mantener una postura ergonómica frente al computador. Ajustar la altura del teclado y del ratón, así como evitar posiciones forzadas, ayuda a reducir la presión sobre el nervio mediano.
También se recomienda fortalecer los músculos del antebrazo, mantener un peso saludable y controlar enfermedades que puedan aumentar la inflamación. En entornos laborales de alto riesgo, el uso de dispositivos ergonómicos y programas de salud ocupacional puede disminuir significativamente los casos.
Los médicos advierten que ignorar los síntomas iniciales puede derivar en daño nervioso permanente, por lo que es fundamental consultar a un especialista ante las primeras señales.
El síndrome del túnel carpiano, aunque frecuente, puede tratarse y prevenirse con una combinación adecuada de ergonomía, pausas activas y atención médica temprana. La concienciación sobre esta dolencia resulta clave para reducir su impacto entre trabajadores y población general.