“Es mejor educar adolescentes sanos que reparar adultos rotos”, dice Karina Rivera, psicóloga clínica

En una entrevista de Manavisión Plus, la psicóloga Karina Rivera abordó la prevención del suicidio en adolescentes y adultos mayores.
“Es mejor educar adolescentes sanos que reparar adultos rotos”, dice Karina Rivera, psicóloga clínica
Karina Rivera, psicóloga clínica, en una entrevista de Manavisión Plus.
“Es mejor educar adolescentes sanos que reparar adultos rotos”, dice Karina Rivera, psicóloga clínica
Karina Rivera, psicóloga clínica, en una entrevista de Manavisión Plus.

María Emilia Vera

Redacción ED.

En el marco del Mes de la Prevención del Suicidio, la psicóloga clínica Karina Rivera abordó la importancia de identificar señales de alerta y promover estrategias de prevención en adolescentes y adultos mayores, en una entrevista de Manavisión Plus. Durante la conversación, Rivera destacó la necesidad del acompanamiento familiar, la comunicación abierta y la creación de rutinas saludables para reducir pensamientos suicidas.

El suicidio es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud. “La adolescencia es una etapa amplia, donde ningún padre está exento de enfrentar pensamientos suicidas en sus hijos”, afirmó Rivera. La experta instó a los padres a priorizar la salud mental y a romper los tabúes que rodean este tema, fomentando un diálogo directo y sin prejuicios.

Señales de alerta: cómo detectar el riesgo a tiempo

Identificar las banderas rojas es crucial para prevenir el suicidio. Entre las señales más comunes están la pérdida de interés en actividades rutinarias, cambios en el apetito, aislamiento social y frases como “no quiero vivir” o “no sirvo para nada”. Sin embargo, la psicóloga advirtió que no todos los casos son evidentes. “Estar sonrientes no significa ser felices; muchas personas enmascaran su desesperanza con una aparente alegría”, señaló.

Rivera enfatizó que los padres deben preguntar directamente a sus hijos cómo se sienten, incluso si esto implica tocar temas sensibles. “No tengan miedo de preguntar si han pensado en quitarse la vida”, recomendó, subrayando que estas conversaciones, aunque incómodas, pueden salvar vidas. Además, destacó que los factores de riesgo varían según la edad. En adolescentes, influyen los problemas familiares, el enamoramiento prematuro y la falta de pertenencia social. Mientras que, en adultos mayores predominan la soledad y la desesperanza.

Estrategias prácticas para la prevención desde casa

La psicóloga propuso tres estrategias clave para prevenir el suicidio: tiempo de calidad, comunicación abierta y rutinas de apoyo. “Un adolescente que se siente visto y escuchado tiene más herramientas para regular sus emociones”, afirmó Rivera, destacando la importancia de dedicar momentos significativos a los hijos. Asimismo, recomendó involucrar a los jóvenes en actividades como el deporte o tareas del hogar, como decidir el color de una pintura, para que se sientan valorados.

En cuanto a las rutinas, Rivera subrayó que el apoyo de entornos educativos y familiares es esencial. “La rutina y el apoyo, junto con la comunicación con las escuelas, ayudan a prevenir pensamientos suicidas”, explicó. La experta también abogó por incluir a los adolescentes en decisiones familiares para fortalecer su autoestima y sentido de pertenencia. Sin embargo, aclaró que estas estrategias no reemplazan la intervención profesional, ya que acudir al psicólogo no debe ser visto como un signo de debilidad, sino como una herramienta para construir una regulación emocional sólida.

El impacto de la pandemia y el rol de los padres

La pandemia dejó huellas en la socialización de los adolescentes, quienes enfrentaron un confinamiento que alteró sus dinámicas sociales. Rivera señaló que, aunque este período limitó las interacciones con sus pares, también permitió a muchas familias reconectar. “La pandemia ayudó a algunos adolescentes a compartir más con sus padres”, afirmó, destacando que este tiempo fortaleció los lazos familiares en algunos casos. No obstante, recomendó a los padres seguir fomentando la resiliencia en sus hijos, ayudándolos a adaptarse a los cambios con una mentalidad abierta.

Para los padres que enfrentan relaciones tensas con sus hijos debido a crianzas basadas en métodos tradicionales, Rivera sugirió un primer paso claro: buscar ayuda profesional. “Mientras los padres no decidan cambiar, la relación disruptiva con sus hijos persistirá”, advirtió, subrayando que el castigo físico o la represión emocional no educan, sino que generan resentimientos. La psicóloga instó a los padres a validar las emociones de sus hijos y a construir un entorno de respeto en lugar de miedo.

En un contexto donde el acceso a servicios psicológicos puede ser limitado por factores económicos, Rivera recomendó herramientas prácticas desde casa, como ejercicios de respiración profunda, momentos de reflexión diaria y la creación de una red de apoyo con personas positivas. “El dormir bien y hacer ejercicio, aunque sea en casa, son estrategias básicas pero indispensables”, afirmó. Estas acciones, aunque no sustituyen la atención profesional, pueden ser un primer paso para manejar la ansiedad y mejorar la calidad de vida.

La entrevista completa puede ser visualizada en las plataformas digitales de Manavisión Plus.

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