Durante una reunión con la prensa en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump aseguró que “resolverá el problema” del programa nuclear de Irán, subrayando que Teherán “no puede tener un arma nuclear”. Al ser cuestionado sobre la posibilidad de un ataque a las instalaciones nucleares iraníes, respondió con un claro “por supuesto que sí”.
Trump calificó el asunto como “casi un problema sencillo”, argumentando que Irán debe abandonar cualquier aspiración de desarrollar armas nucleares. “Son gente radicalizada y no pueden tener un arma nuclear”, afirmó. Añadió que, si Irán acepta esta condición, “pueden ser un país rico, una gran nación”. Sin embargo, advirtió: “Tienen que ser rápidos porque están bastante cerca de tener una. Y no van a tenerla. Si tenemos que hacer algo muy duro, lo haremos”.
Reuniones programadas
Las declaraciones se producen en un momento de renovados contactos diplomáticos. Este fin de semana, delegaciones de Estados Unidos e Irán sostuvieron conversaciones indirectas en Omán, las primeras desde que Trump abandonó el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) en 2018. Nuevas reuniones están programadas para el próximo fin de semana en Italia.
El JCPOA, firmado en 2015 entre Irán y las potencias mundiales (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia, Alemania y la Unión Europea), buscaba garantizar la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas. Tras la salida de Estados Unidos del acuerdo, Irán comenzó a incumplir gradualmente sus compromisos, según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Trump justificó su decisión de 2018 al afirmar que el pacto, impulsado por el expresidente Barack Obama, no impedía que Irán desarrollara armas nucleares, pese a los desmentidos de Teherán. “Irán quiere tratar con nosotros, pero no sabe cómo hacerlo”, comentó Trump, sugiriendo que los líderes iraníes “están acostumbrados a tratar con gente estúpida” de Estados Unidos.
Conversaciones diplomáticas
El tono beligerante de Trump contrasta con los esfuerzos diplomáticos actuales. Las conversaciones en Omán, mediadas por terceros, buscan explorar posibles vías para reducir tensiones. Sin embargo, expertos advierten que las amenazas de acción militar podrían complicar el diálogo.
El programa nuclear iraní ha sido un punto de fricción internacional durante décadas. Desde la retirada de Estados Unidos del JCPOA, Irán ha incrementado el enriquecimiento de uranio, acercándose a niveles que preocupan a la comunidad internacional. El OIEA ha reportado que Teherán posee uranio enriquecido al 60%, un paso técnico significativo hacia el 90% necesario para una bomba nuclear, aunque no hay evidencia de que Irán esté desarrollando un arma.
El contexto regional añade complejidad. Las tensiones entre Irán y aliados de Estados Unidos, como Israel y Arabia Saudita, han escalado en los últimos años. Un eventual conflicto militar podría desestabilizar aún más Oriente Medio, afectando los mercados energéticos globales, dado que Irán es un importante productor de petróleo.
La Casa Blanca no ha detallado plazos ni condiciones específicas para las negociaciones en curso. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela, esperando que la diplomacia prevalezca sobre las amenazas de confrontación.
kmer