El Municipio de Quito implementó una medida innovadora para enfrentar los incendios forestales que cada año afectan a la capital. Desde septiembre de 2025, se utilizará agua reciclada proveniente de los lixiviados del relleno sanitario El Inga. Esto es en lugar de emplear agua de las fuentes naturales, que está destinada al consumo humano.
Los lixiviados son líquidos contaminados que se generan cuando el agua de lluvia atraviesa la basura y arrastra compuestos orgánicos e inorgánicos. Si no reciben un tratamiento adecuado, estos fluidos pueden convertirse en una grave amenaza para los ríos, quebradas y suelos de la ciudad.
En Quito, gracias a un sistema de depuración especializado, este líquido ahora se transforma en agua limpia y apta para su reutilización. El proceso incluye etapas físicas y químicas. Esto garantiza una calidad segura, lo que lo convierte en una herramienta confiable para apagar incendios forestales, una de las emergencias más frecuentes en la capital.
Beneficios adicionales: riego y reforestación
La Empresa Metropolitana de Gestión de Residuos Sólidos informó que el agua recuperada también podrá utilizarse para actividades de riego y reforestación. Estas actividades son fundamentales en la recuperación de áreas verdes que se ven afectadas por los incendios. De esta forma, la ciudad no solo responde a la emergencia, sino que también aporta a la restauración ecológica.
Capacidad de la planta de El Inga de Quito
La planta de tratamiento ubicada en El Inga tiene la capacidad de procesar hasta 80 metros cúbicos por hora. Es decir, 80 000 litros de agua limpia, el equivalente a llenar 32 piscinas pequeñas en tan solo una hora.
En promedio, se obtienen 800 metros cúbicos de agua al día, cantidad que alcanzaría para abastecer a 8000 personas en una jornada. Esta magnitud convierte al sistema en un recurso clave para emergencias y en una solución sostenible para la ciudad.
Santiago Andrade, gerente de la empresa municipal, destacó: “Lo novedoso es que aprovechamos un líquido residual que, tras ser tratado, se convierte en un recurso vital en emergencias. Así cuidamos los reservorios que abastecen a los ciudadanos”.
Avances en el relleno sanitario y la Helibase de El Inga
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, recordó durante un simulacro el 5 de septiembre que cuando su administración asumió, existían 16 piscinas de lixiviados sin tratar en El Inga. Esto representaba un serio pasivo ambiental. Actualmente, gracias a la implementación de estándares internacionales, la cifra se redujo a 6 piscinas. Ahora hay un manejo más seguro y responsable.
Asimismo, la ciudad ya cuenta con la nueva Helibase de El Inga, una infraestructura que permite a los helicópteros abastecerse rápidamente de agua tratada para atender incendios forestales desde el aire. Esto mejora la capacidad de respuesta en emergencias.
Una medida para una ciudad vulnerable
En 2024, Quito registró 340 incendios forestales que destruyeron más de 2.200 hectáreas de vegetación. La reutilización de agua reciclada se presenta como una solución estratégica. Esta acción ayuda a enfrentar este tipo de emergencias, reducir la presión sobre las fuentes hídricas naturales y garantizar que el recurso destinado al consumo humano se mantenga protegido.
Con esta medida, Quito da un paso hacia la gestión sostenible de sus recursos. Esto convierte un problema ambiental en una oportunidad para la resiliencia de la ciudad.