El psicólogo Jean Pierre Muñoz destaca que, en 2025, los padres están dejando atrás el rol de proveedores para convertirse en guías emocionales. Este cambio fomenta la autoestima y resiliencia de los niños mediante vínculos afectivos más fuertes.
La figura paterna ha cambiado drásticamente en los últimos años. Según el psicólogo Jean Pierre Muñoz, los padres ya no se limitan a ser proveedores económicos o figuras de autoridad. En 2025, muchos abrazan un rol más afectivo, ofreciendo cariño, tiempo de calidad y guía emocional. “Los modelos de crianza han evolucionado y hoy entendemos que la conexión emocional fortalece la autoestima, la seguridad y las relaciones sanas”, afirmó Muñoz en una entrevista con este medio. Este cambio responde a una mayor conciencia social sobre la importancia del vínculo afectivo.
Históricamente, los padres estaban asociados con disciplina y rigidez, mientras que expresar emociones era secundario. Ahora, es común ver padres que dicen “te amo”, dan abrazos y escuchan activamente a sus hijos, transformando las dinámicas familiares.
Beneficios para el desarrollo infantil
El impacto de esta nueva paternidad es significativo. Muñoz explica que los niños con padres afectivos desarrollan mejor regulación emocional, empatía y habilidades sociales. “Cuando los niños reciben afecto constante, se sienten más amados y son más resilientes ante las dificultades”, señaló. Este enfoque permite a los menores expresar emociones sin miedo, reduciendo conductas como la represión emocional o la agresividad.
Estudios citados por Muñoz indican que los niños criados con este modelo muestran mayor autoestima y confianza. En la adolescencia y adultez, tienden a formar relaciones basadas en el respeto, no en el miedo o la dependencia. Además, la presencia emocional paterna disminuye el riesgo de ansiedad, depresión o comportamientos rebeldes, comunes en entornos más autoritarios.
Padres que están rompiendo estereotipos
A pesar de los avances, persisten desafíos culturales. Algunos estereotipos aún asocian la sensibilidad con debilidad, especialmente en la crianza de hijos varones. Muñoz subraya la importancia de normalizar que los padres muestren emociones. “Un padre que abraza, escucha y valida emociones no pierde autoridad: gana respeto y confianza”, afirmó. Crear espacios de reflexión es clave para derribar estas barreras y consolidar el cambio.
El fenómeno no es exclusivo de Ecuador. En países como Colombia y México, también se observa un aumento en la paternidad afectiva, impulsado por campañas de igualdad de género y acceso a información psicológica.
Un futuro de familias más fuertes
La transformación de la figura paterna está redefiniendo las familias ecuatorianas. Los padres que priorizan el afecto crían niños más seguros, emocionalmente equilibrados y preparados para enfrentar desafíos. Este cambio, aunque gradual, refleja una sociedad más consciente de la salud emocional. Muñoz destaca que la educación y el diálogo continuo son esenciales para sostener esta evolución. En 2025, la paternidad afectiva marca un camino hacia relaciones familiares más sólidas y un impacto positivo en la sociedad.