Ni engorda ni hay que evitarla por la noche: verdades y falsos mitos sobre la fruta

Por qué comer fruta fresca no engorda, cómo elegirla mejor y qué recomiendan los expertos para disfrutarla sin miedo.
Ni engorda ni hay que evitarla por la noche: verdades y falsos mitos sobre la fruta
Se recomienda consumir la fruta entera para aprovechar la fibra y nutrientes.
Ni engorda ni hay que evitarla por la noche: verdades y falsos mitos sobre la fruta
Se recomienda consumir la fruta entera para aprovechar la fibra y nutrientes.

Kerlley Ponce

Redacción ED.

Kerlley Ponce

Redacción ED.

Nació en Portoviejo en 1998. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, mención Periodismo por la... Ver más

La fruta de temporada y de proximidad es más sabrosa, nutritiva y sostenible, pero a su alrededor persisten mitos que pueden limitar su consumo. Una experta aclara qué hay de cierto en esas ideas y ofrece claves para aprovechar todo su potencial.

Elegir fruta fresca y de temporada no solo beneficia al paladar y a la salud, sino que también ayuda a reducir el impacto ambiental. Sin embargo, muchas veces la fruta no es nuestra primera opción, entre otras razones por los mitos que circulan sobre su contenido de azúcar. Para resolver estas dudas, Europa Press Salud Infosalus conversó con Rocío Práxedes, dietista-nutricionista, quien desmonta falsas creencias y explica cómo incorporar la fruta de manera saludable durante el verano.

Los nutrientes que esconde cada pieza

La fruta contiene azúcares naturales —principalmente fructosa, pero también glucosa y sacarosa— que, a diferencia del azúcar añadido o el de mesa, están integrados en una “matriz” rica en fibra, agua, vitaminas y compuestos fitoquímicos. Esta combinación no solo la convierte en un alimento muy completo, sino que también cambia cómo el organismo responde: “El efecto sobre los niveles de glucosa en sangre es distinto al que provoca el azúcar libre o los productos ultraprocesados”, destaca Práxedes.

Además, las frutas aportan nutrientes: vitamina C, que actúa como antioxidante y refuerza el sistema inmunitario; vitamina A, que protege la piel y la vista; potasio, que ayuda a regular la presión arterial; y magnesio, fundamental para el sistema nervioso y los músculos. También contienen compuestos con propiedades únicas, como las antocianinas de moras y cerezas —con efecto antiinflamatorio— o el licopeno presente en la sandía, que tiene acción antioxidante y beneficios cardiovasculares.

Mitos y realidades: ¿la fruta engorda?

Uno de los mitos más extendidos es que “la fruta engorda por el azúcar que contiene”. Según explica la especialista, esto es falso: “En el marco de una dieta equilibrada, no solo no engorda, sino que puede ayudar a controlar el peso”. La fruta aporta fibra y agua, favorece la saciedad y reduce el consumo de snacks calóricos. Numerosos estudios vinculan su consumo habitual con menor riesgo de obesidad y mejor control del peso.

Eso sí, Práxedes precisa que “solo un consumo excesivo”, es decir, más de tres raciones diarias recomendadas (unos 400 gramos en total), y en contextos poco saludables —por ejemplo, en forma de zumos— podría contribuir al aumento de peso. Esto ocurre porque los zumos se ingieren más rápido, sin la fibra que aporta la fruta entera y con menor sensación de saciedad.

¿Podemos comer fruta sin límite?

Aunque la fruta es muy saludable, su consumo no debe ser ilimitado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda unas tres raciones al día. “Superar esta cantidad de forma habitual puede desplazar a otros grupos alimentarios necesarios para una dieta equilibrada”, recuerda Práxedes.

Sin embargo, hay excepciones: las personas que realizan ejercicio físico intenso pueden consumir algo más. Y es que la fruta les aporta azúcares naturales, vitaminas y minerales clave para el rendimiento y la recuperación.

Cómo incluir más fruta en tu dieta

Para disfrutar de todo su potencial, la experta recomienda tomarla siempre entera, ya que así se mantiene la fibra. Además, aconseja combinar distintas variedades y colores para asegurar mayor diversidad de nutrientes. Se puede integrar fácilmente en ensaladas, yogures o tostadas, y congelarla en trozos para preparar polos y batidos caseros. Como tentempié entre comidas o postre, es una excelente opción, siempre que se evite añadir azúcar, miel o siropes.

Otros mitos que conviene desterrar

Según Rocío Práxedes, hay al menos tres ideas equivocadas muy extendidas sobre la fruta:

  • Que “no se debe comer fruta por la noche”: falso; lo que importa es el balance calórico del día.

  • Que “el azúcar de la fruta es igual al azúcar añadido”: falso; su efecto metabólico es diferente gracias a la fibra, el agua y los compuestos bioactivos que contiene la fruta entera.

  • Que “los zumos son equivalentes a comer fruta entera”: incorrecto, porque al exprimir la fruta se pierde la fibra, se reduce la saciedad y se eleva más rápidamente la glucosa en sangre.

Pese a esto, aclara que el zumo natural de frutas sigue siendo mejor opción que refrescos o alimentos ultraprocesados, ya que conserva parte de las vitaminas y minerales.

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