“Cada noche, mientras mis hijos intentan dormir, yo pienso qué más puedo hacer para salir de este infierno“, relata el médico palestino boliviano Refaat Alathamna, reflejando su angustia e impotencia desde Gaza a través de sus redes sociales. Junto a su esposa, Noha, y sus cinco hijos, se esfuerzan diariamente por conseguir agua y comida en un lugar donde la vida ha sido prácticamente destruida por los ataques israelíes.
Alathamna, quien se graduó en medicina en Bolivia y tiene la nacionalidad de ese país, ha solicitado insistentemente al gobierno boliviano que lo ayude a él y a su familia a salir de Gaza. “Lo que quiero es que mis hijos sigan con vida, lo más básico, que sigan con vida”, explicó en un reciente testimonio.
El médico y su familia han sido desplazados 10 veces desde el comienzo de los ataques israelíes. En medio de los bombardeos, han huido junto con sus hijos Meera (12), Elin (11), Ameer (9), Silin (7) y Ayham (4).
Un contexto de crisis humanitaria
La situación de Refaat Alathamna se enmarca en la grave crisis que vive la Franja de Gaza desde el ataque transfronterizo de Hamás el 7 de octubre de 2023, que provocó la muerte de unas 1.200 personas y el secuestro de otras 251, según autoridades israelíes. En respuesta, Israel lanzó una campaña militar en la que han muerto más de 63.000 personas, de las cuales más de 18.000 son niños, y más de 160.000 han resultado heridas, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza.
Un comité de las Naciones Unidas ha reportado que más de 40.000 niños han sido heridos por los ataques, y al menos 21.000 de ellos ahora tienen alguna discapacidad. La ONU declaró el 22 de agosto que la hambruna en Gaza es oficial, y el Ministerio de Salud local señaló que al menos 367 personas han muerto por inanición, incluyendo 131 niños.
La lucha diaria por la supervivencia en Gaza
Alathamna describe la destrucción total de Gaza, donde “ya no hay más cosas que dan vida”. En su cuenta de Instagram, comparte imágenes de su día a día, como la búsqueda de madera para cocinar o las largas filas para conseguir agua. “Gaza ha sido totalmente destruida. Hablamos de universidades, colegios, fábricas, supermercados, avenidas, centros de salud, sistema de alcantarillado, los buses”, lamenta en una entrevista con BBC Mundo.
La falta de medicación, comida, luz y electricidad hace que la gente no pueda llevar una vida normal. Para él y su esposa, tareas básicas como conseguir agua y madera se han vuelto extenuantes. Los precios de los productos básicos han subido de forma exponencial. Un litro de gasolina, que solía costar un dólar, ahora se vende por 100 o 150 dólares. “Los pocos autos que se salvaron están estacionados porque no encuentran combustible”, explica. Asimismo, un kilo de gas se vende en el mercado negro por unos 120 dólares.
La escasez de alimentos es crítica. “No vemos frutas desde hace más de seis meses. Pollo, carne, pescado, leche, eso no lo vemos hace mucho tiempo”, relata. Los pocos camiones de ayuda que ingresan son objeto de saqueo, y los productos robados se venden a precios exorbitantes.
“La gente no tiene dinero para comprar esas cosas básicas”, afirma. Hace meses, un kilo de azúcar llegó a costar 200 dólares, y la gente lo compraba por gramos. “Vivimos de una crisis a otra. Y a veces no hay nada de nada”, resume.
La respuesta del gobierno boliviano
Alathamna ha solicitado ayuda a Bolivia para él y su familia durante más de un año y medio. “He pedido dos cosas a Bolivia (…) que nos saquen de Gaza, como boliviano con pasaporte boliviano. Y le pedí ayuda económica. Hasta ahora no conseguimos nada”, declara.
BBC Mundo contactó a la Cancillería de Bolivia para obtener información sobre las gestiones. Fernando Pérez Cárdenas, viceministro de Gestión Consular e Institucional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, confirmó que se han realizado gestiones desde noviembre de 2023.
“El Dr. Alathamna envió la documentación correspondiente de su grupo familiar, la cual permitió la elaboración y emisión de salvoconductos el 2 de noviembre de 2023“, señaló el viceministro. Sin embargo, el 6 de noviembre de 2023, las autoridades egipcias cerraron el paso de Rafah, una de las principales vías de salida de Gaza.
El viceministro afirmó que se han sostenido comunicaciones con autoridades de Egipto y con la Embajada de Israel en Perú, ya que la salida de personas depende de la autorización del COGAT, la instancia israelí a cargo de la gestión civil en los territorios palestinos. “A la fecha, dichas gestiones se encuentran en consideración de las autoridades israelíes, a la espera de una respuesta”, explicó. También se han explorado alternativas de salida con otros países y organismos internacionales.
El pasado y el futuro de una familia
Antes de la guerra, el hogar de Refaat Alathamna se encontraba en el norte de Jan Yunis. Ahora, paga 800 dólares mensuales por el alquiler de un departamento en un centro de refugiados. Sus padres y hermanos, sin embargo, viven en carpas. El médico ha recurrido a una campaña de financiamiento a través de gofunding.com y ha recibido ayuda de amigos y donantes. “Sin esa ayuda no sé si todavía estaríamos aquí”, confiesa.
El médico, que trabajó como anestesiólogo en el Hospital Europeo, relata el horror de los ataques. “Nunca me olvidaré el último día que trabajé (…). Cayeron cinco misiles a 10, 20 metros de donde yo estaba”, rememora. A pesar de los riesgos, actualmente intenta realizar guardias en el hospital Nasser.
Para sus hijos, la experiencia ha sido traumática. “Ellos vieron de cerca cómo atacaron nuestro edificio. (…) Son experiencias muy duras para ellos, que nada más gritan y saltan de miedo”, comenta. “Están sin colegios, sin sus juegos, sus amistades, han perdido todas sus cosas, sus recuerdos. Todo fue borrado para ellos”, añade.
El deseo de Refaat Alathamna es que sus hijos “sigan con vida” y puedan tener una vida normal. “Trato de sacar a mis hijos y llevarlos a otro país donde puedan (…) ir al colegio, después a la universidad”, asegura. Cada día les promete que los sacará de Gaza, una lucha que continúa sin descanso. (10).