El primer ministro de Nepal, Sharma Oli, presentó su dimisión este martes tras una jornada marcada por protestas violentas en varias ciudades del país, que dejaron al menos 20 personas muertas, según fuentes oficiales. Las manifestaciones comenzaron el lunes como respuesta a la reciente prohibición del acceso a las redes sociales, lo que desencadenó una escalada de tensión que terminó en incendios, saqueos y ataques a instituciones gubernamentales y residencias de líderes políticos.
La censura en redes sociales, el detonante de la crisis
La crisis política y social que enfrenta Nepal estalló el pasado lunes, cuando el Gobierno anunció la prohibición del acceso a plataformas como Facebook, X (antes Twitter) y TikTok, argumentando razones de seguridad nacional. Esta medida generó un rechazo inmediato por parte de miles de ciudadanos, principalmente jóvenes, quienes consideraron la decisión como un intento de censura y represión de la libertad de expresión.
Las primeras concentraciones tuvieron lugar en Katmandú, extendiéndose rápidamente a otras ciudades. La situación se tornó violenta cuando manifestantes incendiaron la sede del Gobierno y atacaron edificios públicos y sedes de partidos políticos, desbordando a las fuerzas de seguridad.
Entre los hechos más graves, se reporta el asalto a la prisión de Nakhu, en las afueras de la capital, donde fue liberado Ravi Lamichhane, líder del partido Rastriya Swatantra, por una multitud de simpatizantes.
Objetivos políticos y personales, bajo ataque
Durante los disturbios, también fueron atacadas las viviendas de destacados líderes políticos. La residencia del ex primer ministro Sharma Oli y las oficinas del Partido Comunista de Nepal fueron objeto de incendios intencionados. Otro ataque se dirigió a la casa del dirigente Jhalanath Khanal, cuya esposa, Ravilakshmi Chitrakar, resultó gravemente herida.
A pesar del anuncio de la renuncia de Sharma Oli, las movilizaciones no han cesado. Los manifestantes exigen juicio a los responsables de los actos de represión, así como la revocación inmediata de la censura digital y elecciones anticipadas.
Llamados a la calma desde el Ejército y la comunidad internacional
Ante el aumento de la violencia, el Ejército de Nepal emitió un comunicado este martes haciendo un llamado a la contención y solicitando a la ciudadanía que colabore en la protección del patrimonio nacional. A este mensaje se sumaron altos cargos del Ejecutivo, quienes insistieron en la necesidad de preservar el orden y facilitar una transición política pacífica.
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se pronunció oficialmente a través de su secretario general, António Guterres, quien lamentó la pérdida de vidas y solicitó una “rigurosa investigación” de los hechos. El comunicado, difundido por el portavoz Stéphane Dujarric, insta a todas las partes a evitar una mayor escalada de violencia y a respetar los principios del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Contexto político y próximos pasos
Sharma Oli, líder del Partido Comunista de Nepal, ya había enfrentado críticas por su gestión en años anteriores, incluyendo acusaciones de corrupción y autoritarismo. La censura a las redes sociales fue vista por muchos como el punto de quiebre de una acumulación de tensiones sociales que venían gestándose desde su regreso al poder en 2023.
Con su salida, se abre un nuevo capítulo en la política nepalí. El Parlamento deberá designar en los próximos días a un primer ministro interino, mientras la ciudadanía y organismos internacionales observan con atención el desarrollo de la situación. La presión por un proceso democrático transparente y el restablecimiento de las libertades civiles será clave en la evolución del conflicto.