El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de 70 años, fue ingresado este martes 16 de septiembre de 2025 a un hospital en Brasilia, tras sufrir una crisis de hipo, vómitos y presión baja, según informó su hijo y senador, Flávio Bolsonaro.
Emergencia en prisión domiciliaria
El traslado se produjo desde la residencia donde Bolsonaro cumple su arresto domiciliario, bajo custodia policial. Flávio Bolsonaro dijo en la red social X que la salida se debió a una “emergencia” y que su padre fue escoltado por los agentes penitenciarios encargados de su vigilancia.
Este es el segundo ingreso hospitalario en menos de una semana. El pasado domingo, el exmandatario se sometió a un procedimiento ambulatorio programado en el que se le extirparon ocho lesiones cutáneas. Esa salida autorizada previamente por el magistrado Alexandre de Moraes, juez instructor de las causas judiciales en su contra.
Bolsonaro, quien enfrenta una condena de 27 años y tres meses de prisión por intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022, permanece bajo arresto domiciliario mientras avanza el proceso judicial.
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Problemas de salud recurrentes en Bolsonaro
Los problemas médicos del exmandatario se han intensificado en los últimos años. Desde el atentado con arma blanca que sufrió durante la campaña presidencial de 2018, Bolsonaro ha tenido complicaciones recurrentes en el aparato digestivo.
En abril de 2025, se sometió a una cirugía por oclusión intestinal que lo mantuvo hospitalizado durante tres semanas. Este nuevo episodio se suma a una larga serie de intervenciones médicas relacionadas con las secuelas del ataque.
De acuerdo con fuentes médicas consultadas por medios locales, las molestias digestivas, sumadas a los efectos secundarios de las recientes cirugías, pueden explicar los síntomas reportados en esta ocasión.
Contexto político y judicial
La crisis de salud de Bolsonaro ocurre mientras enfrenta procesos judiciales de alto perfil en el Supremo Tribunal Federal de Brasil. En agosto, fue sentenciado a más de 27 años de prisión por conspiración golpista tras desconocer los resultados electorales de 2022.
Actualmente, la justicia brasileña mantiene un estricto control sobre su régimen de arresto domiciliario, que incluye restricciones a sus desplazamientos y una vigilancia policial permanente. Cada salida al hospital requiere justificación médica y, en la mayoría de los casos, autorización judicial.
El estado de salud de Bolsonaro mantiene en alerta tanto a sus seguidores como a las autoridades judiciales y penitenciarias, dado que cualquier complicación podría derivar en ajustes a su régimen de custodia.