El año lectivo 2025-2026 en Costa-Galápagos arranca este 5 de mayo con 2.3 millones de estudiantes y una estricta regulación del uso de celulares en las aulas, priorizando el aprendizaje. Maximiliano Núñez, coordinador zonal de Educación, detalló que el 5 de mayo regresan los estudiantes de educación inicial y elemental, el 6 de mayo los de básica media y superior, y el 7 de mayo los de bachillerato. Este proceso abarca 9.400 instituciones educativas, involucrando a 2.3 millones de estudiantes y 115.000 docentes a nivel nacional. En la zona de Manabí y Santo Domingo, se espera el retorno de 520 mil estudiantes, un incremento de 7.000 respecto al año anterior, principalmente en educación inicial.
Hasta el cierre de matrículas ordinarias el 27 de abril, se inscribieron más de 500 mil estudiantes. A partir del 8 de mayo, se abrirán matrículas extraordinarias para traslados o nuevos ingresos, facilitando ajustes una vez iniciado el ciclo. Sin embargo, seis planteles en Manabí enfrentan afectaciones por el invierno, como inundaciones y problemas de acceso. Para resolverlos, se implementaron planes de contingencia con la Secretaría de Gestión de Riesgos y gobiernos locales.
Además, un plan de seguridad interinstitucional, presentado el 28 de abril por los Ministerios de Educación e Interior, la Policía Nacional y el ECU-911, garantizará un ingreso ordenado, infraestructura adecuada y atención a emergencias, especialmente tras el reciente sismo en Esmeraldas. Este plan incluye medidas para un retorno seguro y eficiente a las aulas.
Nueva norma sobre el uso de celulares: un cambio significativo
Un aspecto clave de este año lectivo es la implementación de nuevas disposiciones sobre el uso de celulares en las instituciones educativas, anunciadas por la ministra de Educación, Alegría Crespo. A partir de este ciclo, los estudiantes desde educación inicial hasta décimo de básica no podrán usar dispositivos móviles, salvo excepciones como necesidades de salud (por ejemplo, monitoreo parental) o traducción para estudiantes extranjeros. Esta medida busca minimizar distracciones y fomentar un ambiente de aprendizaje más enfocado.
Para los alumnos de primero, segundo y tercero de bachillerato, el uso de celulares estará permitido únicamente para actividades académicas y pedagógicas, bajo estricta supervisión docente. Crespo aclaró que las sanciones por incumplimiento dependerán de los códigos de convivencia de cada institución, los cuales deberán actualizarse para reflejar estas normativas. “Queremos que la tecnología sea una aliada, no una distracción”, enfatizó la ministra.
Opiniones de padres y expertos sobre la regulación
La nueva norma ha generado diversas reacciones. Helmer Demera, padre de familia de la unidad educativa Olmedo, en Portoviejo, se mostró a favor: “El celular entretiene a los niños en otras cosas. En casa solo lo usan una o dos horas, y si es para deberes, está bien”. Carmen Ramírez, madre de un estudiante de tercero de bachillerato de este mismo plantel, también apoya la medida: “El uso del teléfono en el aula es una distracción para los alumnos. Esto ayudará a que se concentren más”.
El psicólogo Jhimmy Gutiérrez Santana ofreció un análisis más amplio sobre el impacto de esta regulación. “El uso responsable de celulares puede ser una herramienta educativa valiosa, permitiendo acceso a información y recursos multimedia. Sin embargo, sin regulación, genera distracciones, dependencia tecnológica, alteraciones del sueño y problemas de conducta, como atender redes sociales o juegos en clase”, explicó. Gutiérrez destacó que la prohibición total evita distracciones, pero limita oportunidades de aprendizaje digital. Propone un enfoque intermedio: “La solución no es prohibir, sino regular con normas claras, capacitación docente y educación en ciudadanía digital”.
Recomendaciones para el uso responsable de celulares
Gutiérrez también abordó la edad ideal para el uso de celulares. Recomienda que los niños comiencen a usar dispositivos de manera responsable entre los 12 y 13 años, con supervisión parental y límites claros. Sugiere esperar hasta los 14 años para un acceso completo a redes sociales, protegiendo a los menores de riesgos digitales. Antes de los 6 años, desaconseja el uso de dispositivos con internet o videojuegos para evitar problemas de sedentarismo y falta de autocontrol.
El psicólogo subrayó que una regulación adecuada fomenta la autonomía responsable de los estudiantes, permitiendo aprovechar los beneficios tecnológicos sin sacrificar la concentración ni la dinámica de clase. Sin embargo, advirtió que la prohibición total podría limitar el desarrollo de competencias tecnológicas esenciales en un mundo digital. “Existen estudios donde se sugieren que la solución no es prohibir, sino regular el uso mediante normas claras, capacitación docente, y educación en autocontrol y ciudadanía digital”, afirmó Gutiérrez. Mientras tanto, el inicio de clases en Costa-Galápagos marca un nuevo capítulo en la educación, con un enfoque renovado en el equilibrio entre tecnología y aprendizaje.