El presidente del Club Rotario de Portoviejo 2025-2026, Byron Palma, destacó que la II Confraternidad Rotaria, realizada este sábado 9 de agosto de 2025, tuvo como propósito reforzar la amistad y el trabajo conjunto entre los socios. “Este evento lo hacemos anualmente; es la segunda vez que lo organizamos y participan todos los clubes de Manabí”, explicó.
En la provincia existen 12 clubes rotarios, y en esta ocasión todos estuvieron presentes. Además, asistieron delegaciones de Guayaquil, Quito y Santo Domingo. Según Palma, la confraternidad busca “aunar los lazos de amistad e intercambiar ideas”, ya que el contacto directo permite coordinar mejor los proyectos que cada club desarrolla.
La jornada incluyó música en vivo, concursos, juegos y un bingo. También se compartió un ceviche y se abrió la pista de baile, todo con el objetivo de convivir y disfrutar entre amigos, mientras se fortalecen los vínculos para trabajar en equipo.
Proyectos que cambian vidas
Palma recordó que el Club Rotario de Portoviejo impulsa programas insignia como la Casa de la Diabetes y Rostros Felices, enfocados en el área de salud. Este último se desarrollará en noviembre con evaluaciones médicas, para luego realizar las operaciones en diciembre de 2025.
La labor de los rotarios también se refleja en otras iniciativas solidarias. Mariana Pico, del Club Rotario Portoviejo Reales Tamarindos, destacó que su comité de enseñanza-aprendizaje busca que los socios conozcan más sobre Rotary. “Si no conocemos a nuestro querido Rotary, no lo amamos”, afirmó.
Pico subrayó que la amistad es la piedra fundamental de la organización, pero también lo es cambiar vidas. Recordó proyectos de agua y casos emblemáticos, como el de un joven que usó pañal desde su nacimiento y que, gracias al apoyo del club, logró convertirse en profesional.
Historias que inspiran
Uno de los proyectos más recientes fue el de un niño de 12 años con una malformación cardiológica. No podía caminar largas distancias para ir a la escuela y su familia vivía en condiciones precarias. El club gestionó una silla de ruedas, descubrió que necesitaba una cirugía a corazón abierto y acompañó todo el proceso, dijo Pico.
Tras la operación, el menor requería un espacio digno para su recuperación, por lo que también se intervino en la mejora de su vivienda. “El niño está bien, hermoso, y su corazón funciona perfectamente. Eso nos hace felices y nos impulsa a seguir luchando”, dijo Pico emocionada.
Para financiar estas iniciativas, los clubes organizan actividades como ventas de ropa de garaje. Pico enfatizó que los rotarios pagan cuotas para sostener su labor social: “No somos de fotos, somos de trabajo. Ningún rotario es vago ni desocupado; todos tenemos algo que hacer”.
Filosofía de liderazgo y servicio
Tanto Palma como Pico coinciden en que encuentros como esta confraternidad fortalecen la unión entre clubes y permiten planificar mejor las acciones que buscan beneficiar a la comunidad. La interacción entre socios de distintas ciudades amplía las posibilidades de colaboración y permite replicar proyectos exitosos en otros lugares.
En esta edición participaron cerca de 150 personas, entre rotarios de Manabí y delegados de otras provincias. La cita se extenderá hasta las 17h00, dejando no solo momentos de alegría y camaradería, sino también nuevos compromisos para seguir trabajando por quienes más lo necesitan.
Compromiso permanente
La misión de Rotary, remarcan sus miembros, es transformar vidas a través de proyectos sostenibles que atiendan necesidades reales. Ya sea con brigadas médicas, entrega de implementos, acceso a agua potable o mejoras habitacionales, el objetivo es siempre el mismo: servir a la comunidad.
“Más feliz se siente cuando uno sirve”, dijo Pico, recordando el lema rotario: “Dar de sí antes de pensar en sí”. Con esa filosofía, los rotarios de Manabí y del país cierran la II Confraternidad con la promesa de seguir sumando esfuerzos, demostrando que la amistad y el servicio son la mejor combinación para generar cambios positivos.