Expertos en salud mental explican que dedicar tiempo a arreglar las uñas va más allá de lo estético: puede actuar como una actividad emocionalmente beneficiosa, ayudando a aliviar tensiones, fomentar la autoexpresión y sostener el bienestar emocional, según una entrevista con una psicóloga publicada en Nueva Mujer.

Aunque tradicionalmente se asocia con la belleza, el acto de pintarse o limarse las uñas tiene componentes psicológicos profundos. Un estudio en Frontiers in Psychology comprobó que actividades estéticas, como la manicura, pueden derribar barreras emocionales, reducir el estrés diario y contribuir al equilibrio personal .

La psicóloga clínica Leslie Albornoz explicó que este ritual es una herramienta de afrontamiento emocional: “Es una actividad que muchas mujeres están integrando como estrategia de afrontamiento emocional”.

Esta práctica consciente actúa como válvula de escape, una pausa activa que permite al individuo desconectarse del ruido cotidiano y reconectar consigo mismo.

Espacios sociales y momentos de conexión personal

El cuidado de las uñas también tiene un componente social. Asistir a un salón con amigas, conversar durante el servicio o compartir una sesión en casa puede ser un acto de conexión emocional. La psicóloga comenta que: “Si lo haces en un salón de belleza o junto a amigas, estarás en un entorno que te agrada, con conversaciones entretenidas. Todo eso contribuye a disminuir emociones desagradables y fortalecer tu bienestar emocional”.

Al mismo tiempo, para personas más introvertidas, el acto de arreglarse las uñas en solitario, en un ambiente tranquilo y sin interrupciones, también puede resultar sumamente reparador.

Intención y beneficios emocionales de arreglarse las uñas

El verdadero valor del ritual no está en sus resultados estéticos, sino en la manera en que se realiza. Albornoz destaca que el movimiento consciente detrás del cuidado de uñas genera beneficios reales para la salud mental: “El autocuidado implica realizar acciones conscientes para mantener y mejorar el bienestar físico, emocional y mental“.

Por el contrario, si el ritual genera ansiedad—por presión estética, tiempos o costos—puede perder su efecto positivo y convertirse en una fuente de tensión.

Complemento, no sustituto

Los expertos advierten que este tipo de actividades como arreglarse las uñas, no reemplazan una psicoterapia convencional. Sin embargo, sí pueden ser componentes valiosos dentro de una estrategia integral de bienestar, junto con ejercicio, descanso adecuado y ayuda profesional cuando sea necesaria.

Esta línea de investigación se suma a otras que han asociado la estética con el bienestar emocional. Por ejemplo, estudios en Colombia muestran que un amplio porcentaje de personas relaciona el cuidado de las uñas con sensaciones de autoestima y bienestar emocional.

De manera similar, otras investigaciones han analizado cómo las uñas reflejan la salud física, convirtiéndolas también en indicadores útiles para detectar carencias nutricionales o afecciones dérmicas .

Recomendaciones para sacar partido a la rutina de uñas

1. Convierte tu manicura en un momento de relax consciente: sin interrupciones, música suave, iluminación agradable.

2. Define una intención emocional: reflexiona sobre lo que buscas obtener (calma, creatividad, autovalidación).

3. Alterna entre sesiones grupales o individuales, según tu preferencia: ambos formatos aportan beneficios según la personalidad.

4. Elige materiales adecuados y seguros para la salud de tus uñas y piel.

5. Utiliza la manicura como parte de una rutina más amplia de autocuidado emocional.