Un adolescente de Santo Domingo sorprende a todos con su inusual estatura



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La vida de Cristopher Alexander Dueñas Quijije está lejos de ser común. Cuando camina por la calle, todos lo miran. No puede prácticamente movilizarse en bus, a menos que consiga ir sentado.

Tampoco puede ducharse con comodidad, peor dormir. Es un adolescente de 16 años que, sin duda alguna, está entre las personas más altas del país.

Su estatura es de 2.08 metros. Vive con su abuela materna y una tía en la urbanización Luz del Día. Allá todos lo conocen y lo admiran por ser tan alto.

Es uno de los estudiantes de bachillerato de la unidad educativa 24 de Mayo. Su gran sueño es ser médico, pues ama la ciencia y todo lo relacionado con el universo.

> Desde arriba.
La vida comenzó a cambiar cuando Cristopher tenía entre 11 y 12 años. Hasta entonces su crecimiento había sido como el de cualquier otro niño de su edad.

Eso sí, siempre fue alto, porque lo heredó de su abuelo paterno, según le han contado. Pero en esa etapa sus extremidades se empezaron a desarrollar de una manera increíble, hasta detenerse, actualmente, en los 2.08 metros de estatura.

Hace unos meses sintió curiosidad por su tamaño y acudió al médico. En el subcentro Augusto Egas lo remitieron al hospital Gustavo Domínguez para que le hicieran análisis y un especialista lo evalúe.

Le han hecho radiografías, pero aún el diagnóstico no termina, pues le faltan exámenes y las citas están muy demoradas. Se cree que padezca de gigantismo, un crecimiento anormal debido a un exceso en la hormona del crecimiento durante la niñez.

Como consecuencia, los dolores de espalda son constantes para él. Tampoco se le quitan las molestias en las rodillas; además, por su altura, hay ocasiones en que sufre de vértigos. Su estatura lo ha alejado de una de sus grandes pasiones: el fútbol. No puede practicarlo, así como tampoco ningún otro deporte. 

> Solo para él 
Para Cristopher Dueñas, encontrar ropa es todo un reto. Cuando necesita renovar su clóset, únicamente encuentra en las tiendas de ropa americana, pues bajo pedido le traen tallas extragrandes, prácticamente exclusivas. Lo mismo ocurre con los zapatos. Su familia hace un esfuerzo, pues en ningún sitio se encuentran de la talla 47.

Para adquirirlos acude a las peleterías con mercadería original e importada, donde los precios son extremadamente caros. Pero para él no es un lujo, sino una necesidad y un gran esfuerzo, porque su familia es de escasos recursos. 

El adolescente asegura que el mundo que lo rodea no está hecho para personas de su tamaño. En su casa, por ejemplo, para dormir debe doblar las piernas, pues no cabe en la cama. Si se estira, de las rodillas hacia los pies le quedan fuera.

Para ducharse también debe ingeniárselas. La ducha apenas tiene 1.90 metros como máximo, por lo que debe doblar la cabeza para poder bañarse. Confiesa que tampoco puede ir de pie en un bus, porque no cabe. Come bastante, unas seis veces al día, debido a que su organismo demanda más cantidad de alimentos que el de una persona con una estatura común.

Pesa actualmente 113 kilogramos, aunque no se le ve con sobrepeso. Pero sus huesos no soportan todo su peso, por eso sus dolencias.
Desde niño vive con su tía y su abuela. Mantiene vínculo con su mamá, pero prácticamente no se comunica con su padre y hace años no lo ve.  

Con ayuda.
Hace poco se topó con Frank Carrión, un reconocido mánager e influencer de Santo Domingo. Con él ha conocido a muchas personas que quieren ayudarlo. Tiene una fanpage de Facebook, donde lo encuentran como ‘Cristopher   el muñecón’.

También con ese nombre está en Instagram y en Tiktok. Sus videos tienen, en menos de una semana, cerca de dos millones de reproducciones. Con ese rating, espera monetizar sus perfiles en las plataformas para generar dinero que le permita ayudar a su familia y poder asumir los gastos económicos que representa vivir con más de dos metros de altura.



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