Manta: Policía está tras la pista de los criminales de Edwin Ortiz
El crimen de Edwin Ortiz originó un allanamiento en La Revancha, donde la Policía decomisó dos fusiles y 50 balas.
Los agentes también incautaron el vehículo que los sicarios usaron para escapar luego de incinerar el carro que utilizaron durante el ataque criminal.
Ortiz era comerciante de pescado y fue acribillado de 21 disparos en el estacionamiento de Playita Mía. El asesinato fue ejecutado el miércoles a las nueve de la mañana, por dos sicarios que viajaban en un auto Chevrolet Emotion.
El coronel Rafael Pérez, jefe de la Policía de Manabí, informó que diez minutos después del atentado el carro Chevrolet fue quemado en la ciudadela El Prado de Montecristi.
En ese momento, los sicarios se subieron a otro vehículo y se dirigieron a la ciudadela La Revancha. “A través de las cámaras de seguridad hicimos el seguimiento y logramos dar con el vehículo. Al allanar una casa decomisamos dos fusiles y 50 balas. Aquellas armas son las que usan los sicarios en los atentados”, expresó el oficial.
Pérez manifestó que el vehículo incinerado había sido robado en Portoviejo.
El coronel manifestó que ahora la Policía está concentrada en dar con los responsables del atentado. Incluso informó que se ha creado un equipo especial de investigación para dar con los criminales.
Se trata de un “centro de inteligencia” integrado por algunas unidades de la Policía que busca fortalecer la seguridad de Manta, donde se han registrado 18 crímenes. Entre las víctimas hay cuatro extranjeros: tres colombianos y una venezolana. Los otros son ecuatorianos.
Origen. Edwin Ortiz tenía 35 años de edad, era conocido con el alias de “Negro Edwin” y registraba antecedentes penales por robo y tráfico de drogas. Hace cinco meses había salido de la cárcel.
La Policía presume que su muerte estaría relacionada a un ajuste de cuentas influido por dos factores de violencia: consumo de droga y pugna entre dos organizaciones delictivas dedicadas al robo de vehículos.
Edwin Ortiz fue acribillado frente a cinco personas que vivieron momentos de pánico: una cuidadora de carros, un comerciante de conchas, un taxista y dos niños.
La víctima intentó salvar su vida arrastrándose debajo de un vehículo, pero en ese momento sus verdugos lo siguieron y le descargaron dos ráfagas de disparos.
Dos armas de calibre nueve milímetros usaron los sicarios para disparar a la víctima, se informó.
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