Madres y activistas exigen cierre del famoso penal de Rikers de Nueva York



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La madre del último reo muerto el pasado fin de semana en el tristemente famoso penal de Rikers en Nueva York exigió este martes, 25 de octubre del 2022, en una concentración de repulsa que se cierre esta penitenciaría, considerada la segunda más grande de Estados Unidos.

Erick Travis, de 28 años, hijo mayor de Haydeth, mexicana, es el reo 17 que pierde la vida en esa institución en lo que va de año, -uno más que en el 2016-. Lo hizo ahorcándose con una sábana, según medios de prensa, pese a que estaba en la unidad de salud mental donde se suponía que estaba bajo vigilancia.

Alrededor del 48 % de la población en la cárcel municipal de Rikers en Nueva York tiene problemas de salud mental, el 15 % de ellos de gravedad, denunciaron este martes activistas y líderes religiosos que reclamaron su cierre a la Administración del alcalde Eric Adams, o al menos que se ponga fin al confinamiento solitario que persiste en el centro penitenciario.

“Todavía no sé de qué murió”, dijo la madre de Travis, quien lo recordó como una persona alegre, que le gustaba cantar y que desde los ocho años le ayudaba en la despensa en la que ella trabaja.

Aseguró además a EFE que pese a que su hijo sufría de esquizofrenia no estaba recibiendo tratamiento médico. “Yo peleé por eso. Me hicieron creer que sí, que le estaban ayudando, pero en realidad no le estaban dando medicinas”, afirmó la mexicana, emigrante del estado de Guerrero, que no podía contener el llanto, al igual que sus hijas Ruth y Amarilis y otros miembros de la familia.

Indicó además que pese a que su hijo estuvo mucho tiempo en Rikers no fue llevado ante un juez para presentarle cargos oficialmente. “Todavía no sé por qué le arrestaron”, aseguró. La larga estadía en Rikers sin que se presenten cargos a los reos ha sido repetidamente denunciada por activistas.

“Él no debía estar allí”, sostuvo. Según ha trascendido a los medios, Travis ingresó a esta cárcel en junio de 2021 tras no poder pagar la fianza de 40.000 dólares acusado de un cargo de estrangulamiento y estaba en la unidad de salud mental George R. Vierno, donde en teoría estaba supervisado.

“¿Cuántos miembros más de la comunidad tenemos que perder?”, cuestionó este martes el grupo, que portaban carteles con mensajes de “no más confinamiento solitario”, “Rikers es una sentencia de muerte” y que además exigieron se liberen los reos con problemas de salud mental y sean sometidos a tratamiento en sus comunidades.

El defensor del pueblo, Jumaane Williams, destacó que “nadie en Rikers ha sido condenado a muerte. Sin embargo, es la decimoséptima persona que murió este año. Rikers está preparada para la violencia y la muerte”. EFE