Los toreros españoles “El Fandi” y Escribano enamoran en Ecuador



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Los españoles David Fandila “El Fandi” y Manuel Escribano cortaron cuatro y dos orejas, respectivamente, y el mexicano Leo Valadez se llevó una oreja y un indulto, en un vibrante duelo banderillero pasado por agua, durante el segundo día de la Feria San Isidro Labrador, de Latacunga (Ecuador).

Con tres cuartos de entrada, un fuerte aguacero inundó la plaza San Isidro Labrador, de Latacunga, en el centro de los Andes de Ecuador, para la segunda mitad de la corrida, lo que no impidió al público disfrutar de una tarde completa en la que se lidiaron morlacos de la ganadería de Campo Bravo, de capa castaña y juego variado.

El primero en saltar al ruedo, adornado con obras de arte del pintor Víctor Quiñónez, fue “El Fandi”, que recibió al astado con verónicas un tanto movidas a media altura, y en el segundo tercio invitó a sus alternantes a colocar las banderillas. Un par al natural de Valadez, al quiebro por parte de Escribano y el violín lo puso “El Fandi”.

Con la muleta, “El Fandi” optó por la mano izquierda y ligó tandas en los tercios cerca del tendido de sol, para proseguir alternando con el pitón derecho, por el cual ligó la faena y toreó en redondo. Luego se adornó con molinetes y remató en forzado de pecho. Culminó con estocada completa en la cruz que derriba sin puntilla. Una oreja.

EL AGUA HASTA LOS TOBILLOS

En el cuarto de la tarde llegó el agua, que recordó a aquel histórico diluvio del 6 de diciembre de 2006 en la Monumental de Iñaquito, donde también actuó “El Fandi”. La lluvia acompañó la lidia creando una piscina en el albero, con el agua hasta los tobillos.

Pese a la lluvia, el diestro granadino lució su arte con una larga cambiada de rodillas y siguió con verónicas de gran técnica. Después, cumplió el tercio de banderillas con gran acierto, dos pases al natural y uno al violín como es costumbre.

En la muleta la faena llenó de emoción a los tendidos con una primera tanda de rodillas en los medios y cuajó una faena de ensueño. Toreó en redondo y se adornó nuevamente con molinetes. Estocada certera. Dos orejas y un grito fuerte de “Fandi, Fandi” por parte de la afición.

CAMBIO DE TORO

A Escribano se le lesionó el segundo toro de la tarde, que tuvo que ser reemplazado por un ejemplar de la ganadería Yanayacu, único toro de capa negra. El español lo recibió con voluntad de realizar verónicas, pero el astado huía. Difícil cumplimiento del tercio.

En el segundo tercio, Escribano devolvió la cortesía e invitó a banderillas a sus compañeros. Un par al natural de “El Fandi”, un violín de Valadez y un quiebre al violín de Escribano, cuya faena posterior fue de poca trascendencia, con una estocada fulminante. Silencio.

Mejor le fue a Escribano con el quinto de la tarde, donde el matador salió con mucha entrega y recibió al animal de rodillas en tierra con una larga cambiada y verónicas ceñidas. El tercio de banderillas lo completó con dificultad por el estado del ruedo.

En la faena de muleta, Escribano conservó un toreo clásico y ligado que adornó con molinetes. Tuvo que ser paciente, pues la cantidad de agua ocasionaba que el toro se pusiese a beber de ella. Estocada fulminante. Dos orejas.

DEBUT DE VALADEZ EN ECUADOR

Valadez, tercero en orden de lidia, debutaba en Ecuador, y sus primeros pases con el capote tuvieron un quite por zapopinas. Respetuoso de la tradición permitió banderillas a toda la terna. Par por natural de “El Fandi” y Escribano y volvión del mexicano.

Con la muleta llevó al toro por doblones a los medios donde la mano baja ovacionó una voltereta del astado. Dio pruebas de un oficio al ligar tandas por ambas manos. Cuajó una tanda rodilla en tierra generando el fulgor del público. Una estocada completa no surtió efecto e hicieron falta cinco goles de descabello. Silencio

Para el último toro de la tarde, Valadez tuvo una corta actuación con el capote debido al nivel del agua. Realizó lances de verónica a pies juntos. No se pudo cumplir con el tercio de banderillas por las malas condiciones del ruedo.

La faena de muleta fue bastante variada con tandas por ambas manos y metiéndose en los terrenos del toro. Se extendió por varias tandas bien ligadas y de mucho temple a media altura. El público recompensó el esfuerzo con una sonora petición de indulto que fue concedida.



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