El 11 de febrero de 2013, el crucero Carnival Triumph, de la línea Carnival, zarpó desde Galveston, Texas, con destino a Cozumel, México. Aproximadamente 4.000 personas, entre pasajeros y tripulación, se encontraban a bordo buscando una semana de ocio en el Golfo de México. La madrugada del 14 de febrero, el buque se quedó sin propulsión y sin servicios básicos debido a un incendio en la sala de máquinas. Este evento, que duraría cinco días, desencadenó una crisis sanitaria y logística sin precedentes. Hoy, este episodio es conocido como «El crucero de la caca».
El origen del colapso: un incendio
El fuego se inició en uno de los motores del Carnival Triumph, situado en la popa del buque. Aunque la tripulación logró sofocarlo rápidamente, los generadores principales de electricidad fueron dejados inoperativos por el incidente. Esta falla provocó un apagón generalizado que afectó a la totalidad de los servicios del barco, desde el aire acondicionado, refrigeración, iluminación y, crucialmente, los sistemas de saneamiento. La embarcación, ahora a la deriva, fue dejada a merced de las corrientes en el Golfo de México, a unos 240 kilómetros de la costa de Yucatán.
Cinco días de caos sanitario en «El crucero de la caca»
La falta de energía eléctrica tuvo un impacto inmediato y devastador en las condiciones a bordo. Sin refrigeración, los alimentos comenzaron a descomponerse, y la dieta de los pasajeros fue limitada a sándwiches fríos y verduras básicas. El agua potable tuvo que ser racionada, lo que exacerbó la sensación de aislamiento y escasez.
Sin embargo, la situación más crítica fue la inoperatividad de los baños. Con los sistemas de saneamiento colapsados, las aguas residuales comenzaron a filtrarse por los pasillos y camarotes, impregnando el ambiente con un hedor insoportable. Los pasajeros se vieron obligados a utilizar bolsas rojas de desechos biológicos para sus necesidades fisiológicas. Eso llevó a una acumulación de residuos en las cubiertas y áreas comunes.
Muchos optaron por dormir en tiendas de campaña improvisadas en la cubierta abierta del barco para escapar del calor húmedo y del aire viciado de los camarotes. La desesperación creció con cada día que pasaba, afectando seriamente el estado anímico y psicológico de los miles de ocupantes.
La lenta agonía hacia la costa del crucero
Durante cinco días, el Carnival Triumph fue mantenido a la deriva. Remolcadores fueron enviados para que la embarcación fuera guiada hacia un puerto seguro. La operación de rescate fue complejizada debido a las condiciones climáticas y la necesidad de que el buque fuera asegurado. Finalmente, el 15 de febrero, el barco fue anclado temporalmente frente a la península de Yucatán, y dos días después, el 17 de febrero, fue remolcado hasta el puerto de Mobile, Alabama.
La llegada a tierra firme fue recibida con alivio y, en algunos casos, con muestras de profunda emoción por parte de los pasajeros, quienes besaron el suelo al pisar tierra firme. Las investigaciones posteriores al incidente revelaron que Carnival Cruise Lines tenía conocimiento de problemas previos con los generadores y las líneas de combustible del Carnival Triumph.
Al menos nueve incidentes de fugas fueron documentados en los dos años anteriores al suceso. Aquello planteó serias preguntas sobre la adecuación de los protocolos de mantenimiento y la decisión de permitir que el buque fuera zarpado sin que estos fallos críticos fueran abordados. El suceso generó una intensa presión mediática y la seguridad y los estándares operativos de la industria de cruceros fueron puestos en el punto de mira.
El impacto del documental en Netflix
El documental «Fiasco total: El crucero de la caca», dirigido por James Ross y disponible en Netflix, revive esta experiencia a través de testimonios en primera persona de pasajeros y miembros de la tripulación, así como con imágenes de archivo del caos a bordo.
La serie no solo narra la cronología del evento, sino que también profundiza en el impacto psicológico duradero que esta situación extrema tuvo en los afectados. El documental, de 55 minutos, ha generado un considerable interés público. Las precarias condiciones a las que miles de personas estuvieron expuestas durante aquellos fatídicos días son visibilizadas. Aunque el título puede parecer chocante, su objetivo es reflejar la cruda realidad que vivieron quienes se encontraban en el Carnival Triumph. (10)