El fenómeno El Niño 2023-2024 trajo consigo una de las sequías más severas en la historia reciente de Ecuador. Las precipitaciones disminuyeron significativamente, afectando los niveles de agua en embalses y ríos, esenciales para la generación hidroeléctrica. Según el Ministerio de Energía y Minas, la generación hidroeléctrica representa aproximadamente el 80% de la matriz energética del país. La falta de lluvias ha reducido la capacidad de las centrales hidroeléctricas, obligando al país a depender más de fuentes térmicas y a considerar la importación de energía.
Ante esta crisis, el gobierno ecuatoriano ha implementado varias medidas para mitigar el impacto en el suministro eléctrico. Entre ellas se incluye la rehabilitación de plantas termoeléctricas y la firma de acuerdos internacionales para diversificar la matriz energética. Un ejemplo es el memorando de entendimiento firmado con Israel, que busca fomentar el desarrollo de energías renovables como la solar y la eólica. Sin embargo, expertos señalan que estas acciones, aunque positivas, no ofrecen soluciones inmediatas a la crisis actual.
Miguel Calahorrano, exministro de Electricidad y Energía Renovable, ha expresado que Ecuador requiere añadir aproximadamente 400 MW de nueva capacidad anualmente para satisfacer la creciente demanda energética. Señaló que muchas plantas térmicas existentes necesitan reparaciones y que es esencial utilizar la generación térmica para preservar los niveles de agua en los embalses. Además, recomendó mejorar las relaciones con países vecinos, como Colombia, para facilitar la importación de electricidad en momentos críticos.
Datos clave sobre la generación eléctrica
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Aproximadamente el 80% de la electricidad en Ecuador proviene de fuentes hidroeléctricas.
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La generación con diésel aumentó en un 59% en julio de 2023 debido a la sequía.
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El país enfrenta un déficit hídrico que afecta tanto al consumo humano como a la producción energética.
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La falta de inversión en infraestructura de almacenamiento de energía agrava la situación.
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Se registraron más de 289 desbordamientos en 16 provincias entre diciembre de 2023 y marzo de 2024.
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El Ministerio de Energía y Minas declaró la emergencia en el sector eléctrico.
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La dependencia de energía hidroeléctrica vuelve al país vulnerable.
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Se prioriza la diversificación energética mediante fuentes alternativas.
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El acuerdo con Israel incluye tecnologías de almacenamiento y distribución energética.
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Las energías renovables no convencionales representan menos del 5% de la matriz energética.
Perspectivas y recomendaciones para evitar que vuelvan los apagones
La crisis energética actual en Ecuador subraya la necesidad urgente de diversificar la matriz energética y de invertir en infraestructura de almacenamiento. La dependencia hidroeléctrica, en un contexto de cambio climático, expone al país a riesgos severos. Es fundamental acelerar proyectos de energía renovable, fomentar la eficiencia energética y fortalecer la cooperación internacional para una transición energética sostenible.
Gabriel Secaira, experto en planificación energética, ha señalado que la sequía provocada por El Niño redujo significativamente la capacidad de generación hidroeléctrica en Ecuador. Destacó que, debido a la falta de lluvias, la potencia exportada por el país disminuyó de 400 MW a 180 MW en 2024. Además, enfatizó la necesidad de incorporar nuevas unidades de generación y repotenciar centrales existentes para enfrentar futuras crisis energéticas.
Las consecuencias del fenómeno El Niño han evidenciado la fragilidad de la generación eléctrica, marcado por una dependencia excesiva del agua. Si el país no actúa con rapidez, los apagones dejarán de ser una posibilidad y se convertirán en una realidad, afectando a millones de ecuatorianos. Ante esa situación, el Gobierno se prepara y la ministra de Energía y Minas, Inés Manzano, comentó durante una entrevista con radio Centro, que: “Hemos hecho nuestra tarea, así como hicimos el año pasado, que rescatamos alrededor de 700 MW, que estaban abandonados”.