Dejaron el cadáver de un anciano en una silla de ruedas mientras atendían a otros pacientes



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Andrea Garcés vivió uno de los momentos más tristes e impactantes de su vida al llegar al hospital del IESS en Sangolquí, en la provincia de Pichincha.

Se enteró de que su padre, de 82 años, había fallecido de un infarto, según la información preliminar que recibió.

El personal, en vez de poner el cadáver en algún lugar seguro, lo dejó en su silla de ruedas en el área de emergencias. Mientras llegaba la carroza fúnebre, siguieron atendiendo con el fallecido a la intemperie.

Los hechos ocurrieron el pasado 23 de julio. Jorge Garcés permanecía en una casa de reposo para adultos mayores. Personal de este sitio se percató de que el oxígeno del paciente estaba bajo. Procedieron a llevarlo al hospital alrededor de la una de la madrugada y llamaron a su hija.

Versión. “Cuando llegué mi padre había fallecido. Me acerqué a la doctora del centro de cuidado y me dijo que el médico lo revisó, constató que estaba muerto y pidió que se lo lleven”, narró Andrea en entrevista con Vistazo.

Mientras ella intentaba asimilar lo que había pasado y llamar a la funeraria, su padre pasó “absolutamente botado en su propia silla de ruedas”, cuenta la mujer con indignación.

“Mucha gente muere en la madrugada y lo lógico es que tengan un espacio. Si no hay una morgue, por lo menos debe haber respeto por el cadáver, ponerlo en una camilla y cubrirlo con una manta. No es solo un tema de bioseguridad, sino también moral”.

Tras evidenciar esa desgarradora imagen de su padre, la indignación aumentó cuando Andrea vio que siguieron atendiendo a otros pacientes cerca al cadáver de su progenitor.



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