Conozca la historia de ‘Ito’, el sicario colombiano que mató a Fernando Villavicencio



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Periodistas le han seguido la pista a alias ‘Ito’, el asesino del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio.

El crimen del político ecuatoriano no ha pasado desapercibido por la prensa internacional.

La identidad de Johan David Castillo, conocido como ‘Ito’, se difundió luego del crimen.

Ese colombiano, de 18 años y padre de un niño de tres, murió luego de una hora de disparar a Villavicencio.

El crimen se registró el 9 de agosto del 2023 en la avenida Gaspar de Villarroel, norte de Quito.

‘Ito’, quien residía en Cali, formaba parte del grupo de sicarios que entró a Ecuador y atacó a Villavicencio.

El periodista colombiano Juan Diego Quesada de El País, de España,  el cuerpo de ‘Ito’ fue entregado a sus familiares una semana después del crimen de Villavicencio.

Los familiares de ‘Ito’ quienes costearon la repatriación, y reposa en el Cementerio Central de Cali.

No le pusieron el nombre en la lápida. ‘Ito’ fue criado la mayor parte del tiempo por su abuela, pues el padre desapareció y la madre trabajaba largas jornadas para sostenerlos.

Johan Castillo trabajó desde joven como costurero y luego como albañil.

Tras pasar una temporada en el reclusorio de menores por herir a un compañero en una pelea, se volvió más reservado.

En el camino, se convirtió en padre a los 15 años. No vivía con la madre y su hijo, pero siempre estaba presente, según los testimonios.

La familia no tenía idea de que ‘Ito’ había empezado una carrera como sicario, aunque no hay antecedentes judiciales en Colombia que lo prueben.

Según el reportaje, en los barrios conflictivos de Cali las redes criminales contratan a jóvenes sicarios que hagan el trabajo sucio.

Matar a un desconocido cuesta 200 dólares. Si el blanco tiene nombre, la tarifa sube hasta mil.

De todos modos, es poco probable que se contrate a un absoluto novato para matar en el extranjero a un candidato presidencial.

Además, ‘Ito’ reclutó a cuatro pistoleros para irse a Ecuador.

Todos eran de Potrero Grande, una conflictiva comuna de Cali. Es claro que él era el jefe.

Al despedirse, dijo a su familia que se iba a trabajar en una construcción en Ecuador.

No llevó un celular, o al menos no se supo si tenía uno. Una semana antes del magnicidio, se comunicó para decir que estaba bien. Nunca más oyeron su voz.

A los familiares solo les queda, entre los pocos recuerdos, la foto que ‘Ito’ se tomó frente a un carro blanco.

Ese auto no era suyo, pero le había gustado el modelo y decidió posar. Ahora es poster en la sala de su familia, en Cali.



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