Líderes e integrantes de agrupaciones criminales en Ecuador exhiben un estilo de vida marcado por lujos y estilo de vida. Estos individuos invierten en viajes aéreos en primera clase, vehículos de alta gama con blindaje, casas lujosas y haciendas. Además, organizan fiestas masivas en sus propiedades, un hábito que alerta a las autoridades sobre la magnitud de sus recursos ilícitos.
En ciudades de provincias como Guayas, Los Ríos y Manabí, algunos miembros residen en viviendas con acabados de lujo, ubicadas en barrios populares. Otros eligen urbanizaciones privadas en cantones como Guayaquil, Durán y Samborondón, de acuerdo con operaciones del Bloque de Seguridad. Este contraste entre su riqueza y los entornos humildes refleja el poder económico que obtienen del narcotráfico y otras actividades delictivas.
Lujos y estilo de vida de los criminales
La opulencia de estos criminales se extiende a bienes como haciendas equipadas con tecnología avanzada. Operaciones policiales y militares han documentado cómo estos líderes disfrutan de un nivel de vida inalcanzable para la mayoría, financiado por el crimen organizado. Las autoridades confirman que estas propiedades sirven como bases operativas y lugares de celebración, complicando los esfuerzos de control.
Un ejemplo claro ocurrió el 12 de junio de 2024 con la captura de Boris Párraga Figueroa, alias ‘Boris’. La Policía lo detuvo en una «narcofiesta» en El Empalme, Guayas, donde incautó vehículos blindados de lujo. Este caso ilustró cómo estos individuos usan su riqueza para eventos extravagantes, evidenciando la profundidad de sus redes delictivas.
Incidentes que cuestionan la seguridad
Otro suceso relevante tuvo lugar el 15 de febrero de 2025 en la urbanización Ciudad Celeste, Guayaquil. Una matanza de cuatro personas reabrió el debate sobre la eficacia de los protocolos de seguridad en residenciales privados de Guayaquil, Daule y Samborondón. Estos lugares, donde residentes pagan por protección constante, buscan ofrecer tranquilidad sin rejas ni cerramientos, pero la presencia criminal pone en duda su resguardo.
En octubre de 2024, William Joffre Alcívar, alias ‘Comandante Willy’, líder de ‘Los Tiguerones’, fue detenido en España. La colaboración entre la Policía ecuatoriana y autoridades europeas reveló que muchos criminales buscan refugios lujosos en el exterior para escapar de la justicia local, extendiendo su estilo de vida opulento más allá de las fronteras.
Recaptura de José Adolfo Macías Villamar
El reciente caso de José Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito’, refuerza esta tendencia. El líder de ‘Los Choneros‘ fue recapturado el 25 de junio de 2025 en un búnker dentro de una casa de lujo en la ciudadela La Pradera, Manta, Manabí. El Bloque de Seguridad, con apoyo de inteligencia militar, ejecutó la operación tras más de un año de búsqueda, desde su fuga en enero de 2024 de la cárcel Regional de Guayaquil.
Las Fuerzas Armadas confirmaron que el refugio de Macías reflejaba un alto nivel de sofisticación, acorde con los lujos que disfrutan estos líderes. La captura, realizada sin bajas, destacó la capacidad de las autoridades para localizar a criminales en escondites de lujo, aunque también expuso la dificultad de erradicar estas redes.
Lujos y estilo de vida de los criminales
La recaptura de Macías sigue el patrón de operativos que revelan bienes extravagantes. El presidente Daniel Noboa anunció que Ecuador avanza en los trámites para su extradición a Estados Unidos, donde enfrenta cargos por narcotráfico. Este caso subraya cómo los lujos sostienen su poder, incluso bajo persecución.
La matanza en Ciudad Celeste y la «narcofiesta» de ‘Boris’ muestran que estos criminales penetran espacios privados. Expertos señalan que el dinero del narcotráfico financia estas haciendas y vehículos, un desafío que el Bloque de Seguridad busca contrarrestar con operaciones continuas. La sociedad exige resultados efectivos para reducir esta influencia.
Desafíos y perspectivas
La detención de ‘Comandante Willy’ en España indica que algunos huyen al exterior con su riqueza. La Fiscalía investiga a familiares de estos líderes por corrupción, buscando cortar fuentes de financiamiento. Mientras tanto, el gobierno refuerza medidas de seguridad para desmantelar estas estructuras.
El estilo de vida lujoso de estos criminales contrasta con las necesidades de seguridad ciudadana. Las autoridades planean estrategias renovadas, pero la lucha contra el crimen organizado requiere tiempo y recursos. Ecuador enfrenta un panorama complejo donde los lujos persisten como símbolo de impunidad.
La recaptura de Macías ofrece esperanza, aunque expertos advierten que las redes delictivas podrían adaptarse. La población espera que estas acciones debiliten el poder económico de los criminales, restaurando la paz en las regiones afectadas. (04)
