Una escuela de formación para hombres es el nuevo reto de la fundación Río Manta, que trabaja por dar asistencia y promover los derechos de las mujeres.
Yenny Delgado Quijije recuerda que cuando estudiaba Administración de Empresas pensó en trabajar en un lugar específico para así tener un ingreso seguro. Pero nunca creyó que esa profesión la vincularía a la labor social en la fundación Río Manta.
Hoy ella es la directora de la Fundación Río Manta. Esta fundación brinda salud asistencial, promueve y protege los derechos de mujeres víctimas de violencia, explicó.
Los inicios de Yenny fueron en la Fundación Familia Solidaria, donde trabajó muy cerca con chicos de la calle. “En esa época, en Manta había mucho trabajo infantil, ya sea cuidando o lavando carros, y esos niños llegaban a almorzar al comedor que tenía la fundación en el centro de Manta”, recordó.
En la Fundación Familia Solidaria, Yenny era la secretaria, cargo que ocupó durante cinco años, hasta que fue llamada a trabajar en la Fundación Río Manta para que lleve adelante la parte financiera de los proyectos. Ese nuevo comienzo se remonta al 1 de octubre del 2003; sin embargo, cuando la exdirectora Joaquina Gil se retiró en el 2013, los directivos de la fundación y padres jesuitas propusieron su nombre para ocupar este cargo, contó.
Como directora ya lleva doce años en el cargo.
Un trabajo para prevenir la violencia en la fundación Río Manta
Yenny destacó la importancia de seguir la línea de trabajo de la prevención de la violencia contra las mujeres. “Esto ya estaba implementado, hemos logrado lo más difícil y es que se haya mantenido este trabajo”, subrayó.
Sin embargo, han desarrollado otras líneas del proceso como son las escuelas de emprendimiento, el tema ambiental. También el acompañamiento que se les da a las mujeres, a sus hijos y a los adultos mayores. Para Yenny, trabajar en estas fundaciones de labor social le permitieron salir de esa burbuja y conocer la realidad de los niños de la calle con muchas necesidades, quienes a pesar de eso nunca dejaban de sonreír.
En la fundación Río Manta han empezado a prepararse en equipo para crear una escuela de formación para hombres. “No será fácil, sabemos que es un gran reto para la fundación porque será una escuela que queremos que provoque cambios en los hombres”, dijo.
Carla Mendoza