La Helicobacter pylori es una bacteria que coloniza el estómago de casi la mitad de la población mundial, según la OMS. Aunque muchas personas no presentan síntomas, puede causar gastritis, úlceras e incluso cáncer de estómago. El doctor Conrado Fernández Rodríguez, jefe de Digestivo del Hospital Fundación Alcorcón, explica que esta bacteria sobrevive al ácido gástrico gracias a una enzima protectora y se esconde en la mucosa estomacal.
La infección H. pylori se adquiere principalmente en la infancia por vía fecal-oral o oral-oral, a través de agua o alimentos contaminados, o contacto con saliva, como compartir utensilios. Es más común en países en desarrollo con condiciones de hacinamiento o poca higiene. En Ecuador, donde el acceso al agua potable varía, estas vías de transmisión son relevantes. Los síntomas, cuando aparecen, incluyen dolor abdominal, acidez, digestiones pesadas y náuseas.
La detección es sencilla. Pruebas como el test de aliento, análisis de antígenos en heces o endoscopia confirman la presencia de la bacteria. Fernández destaca que estas pruebas son accesibles y efectivas, permitiendo un diagnóstico rápido.

¿Cómo tratar la Helicobacter pylori?
El tratamiento combina antibióticos (como amoxicilina y claritromicina) con inhibidores de la bomba de protones (IBP) para reducir el ácido gástrico. El médico subraya que seguir la prescripción rigurosamente es crucial para evitar resistencias bacterianas, un problema creciente en las últimas décadas. La OMS señala que la resistencia a antibióticos convierte a la H. pylori en uno de los 20 patógenos más amenazantes.
La H. pylori se asocia con el 90-95% de úlceras duodenales y el 70% de úlceras gástricas, según datos citados por Infosalus. Sin tratamiento, puede derivar en complicaciones graves, como linfoma MALT o cáncer gástrico, especialmente en casos crónicos.
Estrategias de prevención H. pylori
La prevención se centra en la higiene. El doctor recomienda lavarse las manos, consumir agua potable y evitar compartir utensilios para reducir la transmisión. Estas medidas son esenciales, especialmente en comunidades con acceso limitado al agua limpia.
No existe una vacuna contra la H. pylori, y su capacidad para evadir el sistema inmunitario complica el desarrollo de una. La OMS aboga por mejorar las condiciones sanitarias en países en desarrollo para disminuir la prevalencia de la infección.
La H. pylori afecta a dos tercios de la población mundial, según WebMD, siendo más común en regiones con hacinamiento. La educación sobre higiene y acceso a pruebas diagnósticas son clave para controlar la infección.
Consejos médicos
Fernández aconseja consultar a un médico ante síntomas como dolor abdominal persistente o acidez recurrente. Evitar automedicarse con antiácidos y buscar pruebas diagnósticas es fundamental. Mantener una dieta equilibrada y practicar higiene rigurosa reduce riesgos de desarrollar H. pylori. Los pacientes tratados deben repetir pruebas tras cuatro semanas para confirmar la erradicación de la bacteria.
La Helicobacter pylori es un enemigo silencioso, pero detectable y tratable. Con pruebas accesibles y tratamientos efectivos, su impacto puede minimizarse. En Ecuador, mejorar la higiene y el acceso a diagnósticos protegerá a la población, reduciendo el riesgo de gastritis, úlceras y complicaciones graves.