En Guayaquil se inició la repavimentación integral de la pista del Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo. Con una inversión superior a los USD 2 millones, arrancó esta obra clave para elevar la seguridad y la conectividad aérea de la ciudad. El alcalde Aquiles Alvarez inspeccionó, la mañana de este martes 16 de septiembre, el inicio de los trabajos. “La última intervención ocurrió en 2019, y ya era necesario cerrar el aeropuerto para evitar riesgos”, declara el alcalde.
La Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil (AAG) coordina el proyecto con la concesionaria TAGSA y la Constructora Verdú. Así, los expertos priorizan estándares internacionales que protejan a miles de pasajeros diarios. La pista mide 2.780 metros de longitud, y los equipos remueven 10.000 metros cúbicos de asfalto envejecido. La obra comienza en la cabecera sur, cerca de la Avenida de las Américas, con maquinaria avanzada como pavimentadoras y rodillos. Por lo tanto, esta fase inicial establece una base sólida para el resto de la infraestructura.
Más de 100 trabajadores y 60 choferes operan en varios turnos para cumplir plazos estrictos. Pablo Pita, gerente de la AAG, enfatiza: “Esto busca la seguridad operacional para que nuestros pasajeros disfruten viajes seguros”. Además, Cevaconsult fiscaliza cada paso, asegurando cumplimiento con la licencia ambiental vigente. Incluyen monitoreo constante de aire, ruido y residuos, lo que refuerza el compromiso sostenible del municipio.
El cronograma establece dos cierres programados para minimizar impactos. El primero opera desde las 09:00 del martes 16 hasta las 12:00 del jueves 18 de septiembre. Luego, el segundo inicia a las 09:00 del 23 y concluye a las 12:00 del 25 de septiembre. Durante estos periodos, las aerolíneas reorganizan vuelos, pero emergencias mantienen acceso prioritario. De esta manera, Guayaquil evita disrupciones mayores en su tráfico aéreo.
Antecedentes históricos del mantenimiento en el aeropuerto de Guayaquil
Guayaquil construye su legado aeronáutico desde hace décadas. En 2004, los equipos realizan una reparación total que moderniza la pista por primera vez en su historia reciente. Cuatro años después, en 2008, ejecutan una repavimentación integral que soporta el aumento exponencial de vuelos. Posteriormente, en 2012, intervienen la faja central de 45 metros de ancho para reforzar zonas críticas de aterrizaje.
La intervención de 2019 marca el último esfuerzo mayor antes de 2025. En esa ocasión, tres cierres programados permiten remover y reemplazar asfalto en áreas desgastadas por el tráfico intenso. Sin embargo, el volumen actual supera esas cifras: ahora manejan 10.000 metros cúbicos, comparado con menos en ediciones previas. Además, usan asfalto polimerizado, un material más resistente y flexible que extiende la durabilidad hasta 2031 o más.
Estos antecedentes demuestran un ciclo de mantenimiento cada seis años, impulsado por la vida útil del asfalto y la demanda operativa. La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) autoriza siempre estos planes, coordinando con TAGSA para alinear con normas globales. Por ejemplo, en 2019, el enfoque se centra en sellado de juntas y revisiones de iluminación, pero 2025 amplía a una renovación completa. Así, el aeropuerto evoluciona de una terminal básica a un hub competitivo en América Latina.
En 2024, el aeropuerto registra 4,1 millones de pasajeros totales, un récord que presiona la infraestructura. Entre enero y julio de 2025, ya movilizan 2.411.949 viajeros, representando el 37% del total nacional. Además, promedian 97 vuelos diarios en los últimos 30 días. Por consiguiente, estas intervenciones no solo reparan, sino que impulsan la economía local al atraer más rutas internacionales.
Impacto económico y en la seguridad de los pasajeros
La repavimentación genera empleo directo e indirecto en Guayaquil, fortaleciendo la industria aeronáutica. Más de 160 personas participan en el sitio, desde operarios hasta técnicos especializados, lo que inyecta dinamismo en el sector. Además, el proyecto se alinea con el programa vial municipal de USD 30 millones, que repavimenta 200 kilómetros de vías en la ciudad. Esta sinergia posiciona a Guayaquil como destino confiable para inversores y turistas.
Los equipos remueven tres pulgadas de asfalto en la franja central, preparando una base para el nuevo material. David Verdú, de la Constructora Verdú, explica: “El asfalto polimerizado resiste mejor los impactos de llantas en cabeceras, donde se concentran los desgastes”. Por otro lado, el monitoreo ambiental previene contaminantes, gestionando residuos de manera responsable. De esta forma, el proyecto equilibra progreso con sostenibilidad.
El aeropuerto, segundo más transitado del país después de Quito, conecta con más de 20 destinos internacionales. En los primeros seis meses de 2025, 1.096.209 pasajeros cruzan sus terminales, un aumento del 15% respecto a 2024. Sin embargo, sin mantenimiento, riesgos como retrasos o accidentes amenazan esta vitalidad. Por eso, Álvarez destaca: “Con este trabajo, la pista aguanta hasta más allá de 2031, superando normas estándar”.
Los cierres temporales afectan vuelos, pero las aerolíneas notifican con antelación. Por ejemplo, locales comerciales operan normalmente, y emergencias como ambulancias aéreas mantienen prioridad. Además, el traslado del feriado por la Independencia de Guayaquil al 10 de octubre mitiga impactos en el turismo. En resumen, esta intervención no solo extiende la vida útil, sino que impulsa la competitividad regional.
Beneficios a largo plazo para la conectividad aérea
Según informó la Alcaldía, la pista renovada soporta aviones más grandes y frecuentes, atrayendo aerolíneas como LATAM y American Airlines. Pablo Pita añade: “Reforzamos la confianza de usuarios y operadores con estándares impecables”. Además, el enfoque en cabeceras sur y norte aborda desgastes por aterrizajes y despegues, reduciendo fatiga estructural.
El impacto ambiental integra el proyecto desde su diseño. Cevaconsult verifica emisiones y ruido, cumpliendo licencias vigentes. TAGSA gestiona residuos, reciclando asfalto antiguo para usos secundarios.
En el contexto económico, el aeropuerto genera miles de empleos indirectos en hotelería y comercio. Con 4,1 millones de pasajeros en 2024, proyectan un 10% de crecimiento en 2025 gracias a rutas como Guayaquil-Nueva York, que retoma vuelos diarios desde diciembre. Sin embargo, el mantenimiento previene costos mayores por fallos. Álvarez concluye: “Consolidamos a Guayaquil como referente en conectividad, impulsando empleo y turismo”.