Aunque miles de ecuatorianos migran con la esperanza de mejorar su calidad de vida, muchos se enfrentan a una realidad laboral marcada por las limitaciones del idioma y la falta de títulos homologados. A pesar de que algunos acceden a empleos calificados, la mayoría termina ocupando trabajos esenciales en sectores con baja remuneración.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) el perfil de la comunidad ecuatoriana en Estados Unidos revela una división estructural entre quienes han logrado obtener estudios superiores y quienes, por diferentes barreras, se insertan en oficios menos calificados. Esta brecha tiene implicaciones directas en el acceso a oportunidades, estabilidad económica y movilidad social.
“El idioma es una barrera silenciosa pero poderosa”, explica José Luis Castillo, asesor de integración comunitaria en Nueva Jersey. “Muchos migrantes ecuatorianos tienen conocimientos o experiencia profesional, pero no pueden aprovecharla por no dominar el inglés o no tener sus títulos validados”. Esto se traduce en un subempleo sistemático, incluso en personas con alto potencial académico.
Datos clave que revelan la brecha
La Encuesta de Intenciones y Dinámicas Migratorias (Enedim), elaborada por la OIM en abril de 2024, reveló que:
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Solo el 21% de los ecuatorianos en EE.UU. tiene un título universitario.
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En comparación, el 54% de los venezolanos y el 45% de los argentinos alcanzan estudios superiores.
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El 61% de los ecuatorianos reporta dominio limitado del inglés, lo que reduce su acceso a trabajos bien remunerados.
Estas cifras no solo reflejan un rezago formativo, sino también una barrera estructural que condiciona el tipo de empleo al que acceden los migrantes ecuatorianos.
Sectores donde más trabajan los ecuatorianos
Pese a las limitaciones, la mayoría logra insertarse en sectores laborales estables, aunque con baja protección social y salarios ajustados. Las áreas más comunes donde se desempeñan son:
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Servicios (limpieza, restaurantes, atención al cliente)
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Construcción (albañilería, pintura, mantenimiento)
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Comercio (bodegas, tiendas, entregas)
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En menor proporción, algunos acceden a empleos en administración y salud, especialmente quienes regularizan su estatus o tienen formación previa.
Aunque estos trabajos son esenciales para la economía estadounidense, pocos ofrecen oportunidades de crecimiento si no se supera la barrera del idioma y la validación de títulos.
La historia de los ecuatorianos en EE.UU. es una paradoja: mientras algunos logran destacar en entornos profesionales calificados, otros quedan atrapados en el engranaje de los trabajos esenciales. El desafío no es solo individual, sino estructural. Invertir en el dominio del idioma, acceder a programas de revalidación profesional y ampliar el acceso a becas o créditos educativos, puede marcar la diferencia. El talento ecuatoriano está presente, pero muchas veces silenciado por barreras que no deberían existir.