Las inundaciones en Manabí han disparado la alerta sanitaria por un posible aumento de casos de dengue. A nivel nacional, la provincia está entre las cinco primeras.
Con 745 casos reportados hasta la última semana, un 30% menos que en 2024, los cantones de Portoviejo y Chone lideran la incidencia de dengue. Melva Morales, responsable zonal de Vigilancia de la Salud Pública, destacó que, aunque las cifras muestran una mejora, el panorama climático actual, marcado por inundaciones, limita las acciones preventivas.
Hasta la fecha, la clasificación de casos en 2025 revela que el 91% (835 casos) corresponde a dengue sin signos de alarma, con 85 casos con signos de alarma y ningún caso grave. Aun así, expertos advierten que los recipientes con agua estancada post-lluvias representan un peligro latente. Las lluvias intensas y el agua estancada complican el control del mosquito Aedes aegypti
Ignacio Quiroz, dirigente del sitio Estancia Vieja, de la parroquia urbana Colón, en Portoviejo, dio testimonio del acecho de los zancudos en su zona. “Es un momento durísimo por el tema de los moscos, la gente ya empieza tener complicaciones y efectos en el cuerpo por la picaduras. Algunos ya sienten malestar”, indicó Quiroz. Es que, si bien la situación en Estancia Vieja no es tan crítica como la de la zona rural, el agua acumulada por el desbordamiento de quebradas y canales sí ha causado estragos en cerca de 200 viviendas del sector.
Cantones pequeños también tienen alto riesgo de dengue
A Portoviejo y Chone se suman cantones pequeños como Santa Ana, Olmedo y 24 de Mayo, cuya incidencia del dengue preocupa por su alta tasa de riesgo pese a menor número de contagios. Morales aclaró que, aunque la lluvias intensas y las inundaciones han complicado el control del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, muchos mosquitos presentes son Culex, que no transmiten el dengue, sino que generan molestias.
Ante este panorama, se informó sobre la implementación de fumigación ambiental en áreas accesibles y albergues, más no la intradomiciliaria, pues es inviable en zonas inundadas. “Cuando las aguas bajen, intensificamos estas labores, sobre todo en la zona rural”, precisó la funcionaria. Acotó que la eliminación de criaderos, a través de mingas comunitarias, es esencial, ya que la fumigación solo elimina mosquitos adultos.
En lo que va del año las brigadas de salud han visitado más de 29 mil viviendas y destruido más de 69 mil criaderos. Mientras que, en Portoviejo, en intervenciones en sectores de alta incidencia como Picoazá, San Pablo y más se destruyeron más de 9 mil criaderos.
Yuliana Marín
