Luis Adolfo Cevallos, hijo de padre quiteño y madre manabita, rememora una vida marcada por el trabajo y la transformación de Manta. Nacido en 1942, es uno de los seis hermanos Cevallos, cuatro de los cuales aún viven.

Su infancia transcurrió en el “Castillo” del predio El Porvenir, una propiedad de 750 hectáreas adquirida por su padre en 1946 a Carlos Volker, fundador de la Cámara de Comercio de Manta.

Este predio, que se extendía hasta la intersección de la actual avenida 4 de Noviembre con la 113, medía 3900 varas de frente por 2900 de fondo.

Desde los cuatro años, Adolfo recuerda haber ayudado a arrear ganado y ordeñar vacas en una hacienda que albergaba 150 cabezas y producía piñón, higuerilla, maíz, sandía, melón, zapallo y habas.

Sin embargo, la sequía de 1954-1955, tras el aluvión de 1953, marcó un punto de inflexión. Su padre vendió el ganado y, ante la imposibilidad de sembrar, incursionó en el negocio inmobiliario en 1955, vendiendo inicialmente grandes extensiones de terreno (unas 400 hectáreas) y luego lotes más pequeños de 200×200 metros.

En 1964, su padre fundó la lotización Jocay, un hito en el desarrollo urbano de Manta. Mientras tanto, a los 24 años, Adolfo viajó a Estados Unidos para estudiar Administración de Negocios.

Al regresar en 1972, se graduó como ingeniero comercial en la Universidad Técnica de Manabí (UTM) y tomó las riendas del negocio familiar. “Organicé la inmobiliaria con un contador y en 1978 creé Jolcijos, que significa José Luis Cevallos e hijos”, explica.

La compañía inmobiliaria Jolcijos empezó a liquidarse desde el 2024

Jolcijos consolidó el legado inmobiliario de la familia. Su última obra, la urbanización Linda Vista, con 40 lotes detrás del “castillo”, se vendió completamente, y sus propietarios ya construyen sus viviendas.

“Me siento satisfecho de haber colaborado en el desarrollo inmobiliario de Manta”, afirma.

Desde el 2024 Jolcijos está en proceso de liquidación. “Estamos dando escrituras a quienes compraron lotes, porque muchos no las han formalizado”, señala. En 2024, entregaron 40 escrituras, y en lo que va de 2025, ya han formalizado 10, con unas 15 aún pendientes.

Adolfo Cevallos deja un legado de esfuerzo y visión, no solo en la tierra que cultivó su familia, sino en el crecimiento de una Manta moderna, donde su huella perdura en cada lote y urbanización que ayudó a construir.