En un acontecimiento histórico para la Iglesia Católica, Robert Prevost, cardenal de 69 años, con nacionalidad estadounidense y peruana, emergió del Cónclave como el nuevo papa, adoptando el nombre de León XIV. Su elección marca un hito trascendental, pues se convierte en el primer pontífice nacido en Estados Unidos en los dos milenios de historia de la Iglesia.
No obstante, su ciudadanía dual y su vasta experiencia pastoral y misionera en Perú lo consolidan como una figura de alcance global. Este nombramiento representa un nuevo capítulo para la Iglesia Católica, que deposita su liderazgo en un hombre forjado en el servicio a comunidades diversas.
Un legado de servicio y vocación: la trayectoria de Robert Prevost
Robert Francis Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en la ciudad de Chicago, Illinois. Su camino hacia el papado constituye un testimonio de una vida íntegramente consagrada a la fe, educación y el servicio hacia los sectores más marginados. Sus raíces estadounidenses, entrelazadas con décadas de fructífero trabajo misionero en diversas comunidades de América Latina, moldearon profundamente su perspectiva y su vocación. Hijo de Louis Marius Prevost, quien inculcó en él la importancia de la catequesis, Robert creció inmerso en la dinámica de la vida parroquial. Participó activamente como monaguillo y recibiendo su educación en una escuela parroquial.
Estas experiencias tempranas y significativas sembraron en su corazón la semilla de una profunda vocación religiosa. Los logros académicos de Prevost resaltan su dedicación al estudio y la formación intelectual. En 1973, culminó sus estudios secundarios en el seminario menor de la Orden de San Agustín. Posteriormente, en 1977, obtuvo un título en Ciencias Matemáticas de la prestigiosa Universidad de Villanova. Al discernir con claridad su llamado al sacerdocio, ingresó formalmente a la Orden de San Agustín en septiembre de 1977.
Robert Prevost, Nuevo Papa León XIV, fue ordenado Obispo de Chiclayo por Francisco
Formación teológica y servicio misionero en Perú
Robert Prevost emitió sus primeros votos religiosos en 1978, consolidando su compromiso con la vida consagrada, y profesó sus votos solemnes en 1981. Su rigurosa formación teológica incluyó la obtención de una Maestría en Divinidad del Catholic Theological Union en Chicago en 1982. Prosiguió sus estudios en Roma, donde obtuvo una Licenciatura en Derecho Canónico en 1984 y culminó con un Doctorado en Derecho Canónico en 1987, ambos por el Pontificio Colegio de Santo Tomás de Aquino. La ordenación sacerdotal de Prevost se celebró en Roma el 19 de junio de 1982, presidida por el arzobispo Jean Jadot.
Su ministerio inicial se caracterizó por una firme adhesión a los valores agustinianos de unidad, comunión y las profundas enseñanzas de San Agustín de Hipona. Su ferviente celo misionero lo impulsó a trasladarse a Perú en 1985, donde desempeñó el cargo de canciller de la Prelatura Territorial de Chulucanas entre 1985 y 1986. Más adelante, continuó su labor pastoral en Trujillo (1988-1998), sirviendo como párroco, dedicado profesor de seminario y funcionario diocesano. Durante este significativo período en Perú, también compartió su conocimiento como profesor de derecho canónico y ejerció como juez en el tribunal eclesiástico regional. Sumado a lo anterior, lideró una activa congregación en las afueras de la ciudad.
Ascenso en el liderazgo eclesiástico
El notable liderazgo de Robert Prevost dentro de la Orden de San Agustín y su creciente influencia en la Iglesia en general lo impulsaron hacia roles de mayor responsabilidad. En 1998, los miembros de su orden lo eligieron provincial de la Provincia Agustina de Chicago, reconociendo sus habilidades de gestión y su visión pastoral. Posteriormente, en 2001, ascendió a la posición de prior general de la Orden Agustina a nivel mundial, un cargo de gran relevancia que desempeñó durante dos períodos consecutivos de seis años cada uno, hasta el año 2013.
Durante su tiempo con sede en Roma, Prevost realizó extensos viajes, visitando cerca de cincuenta países donde la Orden Agustina mantenía una activa presencia. Esta experiencia internacional le brindó una perspectiva global invaluable, que sin duda influyó en su posterior candidatura al papado. Su dedicación y su comprensión de las diversas realidades de la Iglesia lo posicionaron como un líder con una visión amplia y una profunda sensibilidad hacia las diferentes culturas y contextos.
Un pastor cercano a los marginados y su rol en Roma
En el año 2014, el Papa Francisco designó a Robert Prevost como administrador apostólico y obispo titular de Sufar. Al año siguiente, en 2015, recibió la consagración como obispo de Chiclayo, en Perú. Allí sirvió con dedicación hasta 2023, labrándose una sólida reputación como un pastor cercano a las comunidades más pobres y marginadas, en clara sintonía con la visión pastoral del Papa Francisco. Además de su labor diocesana, Prevost desempeñó roles importantes dentro de la Conferencia Episcopal Peruana, incluyendo la presidencia de la Comisión para la Educación y la Cultura, así como un liderazgo activo en Cáritas Perú.
En 2023, Francisco lo convocó de regreso a Roma, nombrándolo Prefecto del Dicasterio para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Este influyente cargo, encargado de la crucial tarea de evaluar y recomendar obispos en todo el mundo, elevó significativamente el perfil de Robert Prevost dentro de la jerarquía de la Iglesia. Fue elevado al rango de cardenal en el mismo año 2023 y, posteriormente, promovido a cardenal-obispo de la Diócesis Suburbicaria de Albano en febrero del 2025, lo que evidenció la alta estima que el papa Francisco le profesaba.