Olimpo olmedino



En el año 1983, un grupo de jóvenes llenos de sueños y deseos de servir a la sociedad y al país, nos graduamos en el Colegio Nacional  Olmedo, marcando una historia de triunfos socioculturales y académicos, revestidos de anécdotas que el tiempo no ha borrado de la mente de los protagonistas y que motivó a los docentes (Horacio Hidrovo; Jhonny Alcívar; Lila de Andino; Dídima Mendoza; Manuel Ganchala; Giorge Gorozabel, Duglas Vaca, entre otros) a designar a esta promoción de estudiantes de Ciencias Sociales 1982-1983 como el “Olimpo Olmedino”; con su respectivo Consejo de Dioses, designado por sus atributos.  Roque “Zeus” Pita, Tonio “Apolo” Iturralde; Clay “Vulcano” Cabrera; Juri “Urano” Joza; Dídimo “Mercurio” Bravo; Bosco “Plutón” Farías y Freddy “Baco” Chum.

El Olimpo Olmedino se destacó por llegar a la cima con el triunfo en diversos certámenes y concursos, con potenciales oradores que alcanzaron triunfos internos y externos; vario de sus estudiantes formaron parte del grupo de teatro del colegio quienes en gira nacional marcaron con letras grandes el buen nombre de la institución educativa, en el deporte también se tuvo una competitiva participación destacando Iván Barrera, Gustavo Espinel; Nelson Velásquez; Fulton Molina y en la apasionada barra Héctor Gómez; Eliceo García y Yuner Macías. Como no podía ser de otra manera por el rendimiento académico un miembro del Olimpo, Roque Pita fue portaestandarte del escudo de nuestro añorado Olmedo.  La semilla de la política como ciencia de servicios también estuvo entre nosotros, contábamos con el presidente de la aso estudiantil Clay Cabrera, en la presente fecha la vemos germinada en Orlando García, alcalde del cantón Santa Ana.
Para satisfacción y alegría inolvidable también tuvimos la oportunidad de graduarnos cuando este histórico colegio cumplió cien años de funcionamiento, formando a miles de estudiantes, que hoy son personas valiosas para el desarrollo de la ciudad, provincia y país.
En esta reseña también citaremos a los compañeros Nicola Montesdeoca Martinetty y Pedro Moreira Zambrano, quienes por los azares de la vida se nos adelantaron a los brazos del Señor, dejando vivo sus recuerdos y dos espacios vacíos en el Olimpo Olmedino. 
Hoy todos somos profesionales, personas de bien, responsables con la sociedad que dejamos a nuestros hijos, apegados a los valores que aprendimos en casa y moldeamos con los maestros que recordamos como símbolos en nuestra formación personal y profesional.  Concluyo, evocando la estrofa final del acróstico que nos identifica y une.  Olmedo Colegio Glorioso/Luz del Olimpo Olmedino/Mira tus hijos airosos/En fértil andar por la vida y camino/ Dios Zeus también nos mira/Indicando con su bastón y rayo/Nuestra Ondina que al pasar inspira/Orden, trabajo y respeto al que nos mira.
 



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