Messi y su “Qué mirás bobo”, el año viejo preferido en Panamá



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El artista panameño Víctor Álvarez admite que antes de que Argentina sea campeona del mundo en Catar 2022, ya tenía listo a Lionel Messi de año viejo.

Lo que no pensó es que muchos de sus fieles clientes también querrían uno y además con la ya célebre inscripción “Qué mirás bobo, andá pa’allá”.

Álvarez, de 31 años, es un artista plástico que desde hace doce confecciona los conocidos muñecos de año viejo.

Estos monigotes tradicionalmente se queman el 31 de diciembre a la medianoche para despedir el año que termina y dar la bienvenida al nuevo.

En Panamá no solo se queman a las personalidades repudiadas, también a las queridas y admiradas.

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“Estoy contento de realizar el muñeco de Lionel Messi ya que ganó la copa (del Mundial de Fútbol Qatar 2022), con mucha emoción recibiendo los encargos, muchos fanáticos están pidiendo el muñeco de Messi”, contó.

En frente de su taller había tres muñecos tamaño natural del astro argentino. Todos serán entregados mañana a quienes los encargaron.

Esta escultura de espuma, papel y tela, muestra a un Messi barbudo, sonreído, con la camiseta albiceleste número 10.

Además tiene una nubecita sobre su hombro con la inscripción “Qué mirás, bobo, andá pa’allá”.

Estas obras efímeras pueden costar entre 300 y 500 dólares, dependiendo del tamaño y los detalles que se le agreguen, como el cartelito con la frase que enojado lanzó Messi a un jugador de Holanda.

“Los costos de materiales se han encarecido: la pintura, el foam (espuma), la ropa … por lo que tuve que aumentar el precio final, pero la mayoría de los clientes lo han entendido”, comentó Álvarez.

En el patio del taller, también habían ya listos muñecos de políticos locales e internacionales.

Messi de año viejo y presidentes

Estaba el presidente panameño, Laurentino Cortizo, llevando una canasta básica por las nubes.

También ha hecho al presidente ruso, Vladímir Putin, montado sobre un cohete y con cachos de diablo en la cabeza.

“Mi labor como artista es plasmar el sentir del pueblo, entonces jugué un poco con la sátira política y con la crítica social”, explicó Álvarez.

“Estoy muy feliz por la aceptación del público, lo que me permite tener una exhibición de más de 10 muñecos”, agregó.