Lo hallaron en partes en varios sacos; era el menor de siete hijos
La desesperación mantenía sin sueño a la familia Jama Castillo desde el fin de semana, cuando vieron por última vez a Carlos Alberto, el menor de siete hijos.
Había estado con unos amigos por la cooperativa Cristo Vive, donde residía con sus padres. Después de eso no supieron más de él.
Sus hermanas salieron a buscarlo desde el lunes. Recorrieron hospitales y clínicas, les faltaba llegar al penal Bellavista y al centro forense de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Fue en este último sitio donde les confirmaron la triste noticia de su inesperada muerte. Y es que el hombre tenía 20 años de edad y el próximo 1 de junio cumpliría los 21.
Carlos Alberto Jama Castillo fue la persona a la que encontraron el domingo por la mañana asesinada.
El cadáver estaba prácticamente irreconocible, desmembrado y envuelto en varios sacos de yute, en la vía a La Reforma, cerca de la parroquia rural El Esfuerzo.
Uno de sus tíos, que se encargó de los trámites de la autopsia, indicó que tenía varios cortes producidos por armas blancas y que debajo del pecho tenía un profundo corte, que incluso se le llevó un tatuaje que tenía en esa zona.
El hombre se dedicaba a trabajar en una finca de madera. Ahí lo llamaban algunas veces por semana, y con lo que ganaba se mantenía y ayudaba en la economía de su hogar.
Era el menor de siete hijos.
Al parecer tenía una hija menor de edad, según indicó uno de sus tíos.
Su cadáver fue llevado ayer, al mediodía, hasta la provincia de Esmeraldas, de donde era oriundo; allá lo sepultarán.
Por las condiciones en las que estaba el cuerpo, fue imposible que sus parientes pudieran velarlo y despedirse de él.
