En Manta, los vehículos persisten en invadir y estacionarse en la ciclovía, violando su propósito exclusivo para ciclistas. Este irrespeto, reportado este viernes 13 de junio de 2025, frustra el objetivo de fomentar una movilidad sostenible en la ciudad.
Por ello, muchos ciudadanos expresaron su desacuerdo con el proyecto desde su inicio en 2020. La ciclovía, ubicada en la calle 15, buscaba conectar el centro con sectores residenciales, pero enfrenta críticas por su diseño y utilidad.
Además, la ciclovía de Manta, con una extensión de 5.2 kilómetros, costó aproximadamente $350.000, financiados por el municipio. Sin embargo, su implementación no incluyó campañas educativas ni controles efectivos, lo que contribuyó a su bajo uso y al incumplimiento.
La ciclovía fue un plan de movilidad desde el 2018
La primera administración del exalcalde Agustín Intriago propuso en 2018 un plan de movilidad sostenible en Manta, inspirado en modelos como Bogotá. Este incluía 10 kilómetros de ciclovías, pero solo una parte se ejecutó debido a limitaciones presupuestarias y oposición ciudadana.
Actualmente, la falta de señalización adecuada y la ausencia de sanciones permiten que conductores ocupen la ciclovía, generando inseguridad para los ciclistas. Usuarios reportan que los vehículos estacionados obstaculizan el paso, desincentivando el uso de bicicletas como transporte.
Por su parte, expertos en movilidad urbana sugieren que Manta necesita un enfoque integral. En ciudades como Quito, con 78 kilómetros de ciclovías, la interconexión y el mantenimiento constante han incrementado el uso de bicicletas, según datos de EPMMOP.
Asimismo, la ciclovía de Manta podría beneficiarse de programas como los de Bogotá, donde la ciclovía dominical de 127.69 kilómetros promueve la actividad física y el turismo, atrayendo a millones de usuarios, según el IDRD.
Sin embargo, la oposición inicial en Manta reflejó preocupaciones sobre la reducción de carriles vehiculares. Esto, sumado a la falta de cultura ciclista, ha limitado el impacto del proyecto, que pretendía reducir la congestión y mejorar la calidad del aire.
Por lo tanto, el municipio evalúa reforzar controles con agentes de tránsito y campañas de concienciación. En 2024, se destinaron $50,000 para mantenimiento, pero la funcionalidad sigue comprometida sin una estrategia clara para proteger el espacio ciclista.
En conclusión, el irrespeto a la ciclovía en Manta evidencia la necesidad de políticas integrales. Fortalecer la infraestructura, educar a la ciudadanía y garantizar sanciones podrían transformar la ciclovía en un pilar de movilidad sostenible para la ciudad.