Fenómeno El Niño: A prepararse para las tempestades



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Con El Niño, la población también deberá prepararse para enfrentar el miedo a las tempestades y saber que hacer.

El anuncio del fenómeno climatológico tiene nervioso a más de uno, porque las tempestades que se han presentado en esta prolongada época de lluvias se podrían “quedar cortas” ante las que traería el travieso Niño.

Eso lo sabe Mariela, a quien le avergüenza confesar en público que cuando hay tormentas eléctricas se encierra en un baño y no para de llorar.

Esta madre de dos hijas adultas dice que los rayos y truenos la anulan totalmente, al punto que son sus hijas quienes tienen que cuidarla para que no entre en pánico.

Para Raquel Marcillo, la mayor preocupación son sus gatas, que empiezan a llorar, a correr y tiene que encerrarlas para impedir que escapen de casa y se hagan daño.

Ella también siente miedo y se pone algodón en los oídos para disminuir el ruido, mientras les insiste a sus hijos que apaguen los aparatos eléctricos.

Tempestades con la llegada de El Niño

Si bien una gran parte de la población se atemoriza ante los rayos y truenos, lo importante es saber cómo actuar, indica Galo Grijalva, especialista en normas contra incendios y control del Cuerpo de Bomberos de Portoviejo.

El profesional recordó que la tormenta eléctrica es una descarga abrupta de energía porque en la atmósfera hay magnetismo.

Indicó que estos fenómenos perturbadores pueden causar el mismo o mayor daño que la energía eléctrica. “No siempre las descargas van a tierra, siempre van buscando una forma de liberar esta energía abrupta”, añadió.

Entre las recomendaciones generales a los ciudadanos están que durante lluvias con tormentas busquen un refugio en una vivienda, no bajo árboles o estructuras, antenas, postes o cerramientos metálicos.

Grijalva señaló que la normativa establece que para emitir permisos de construcción de gasolineras, edificios de más de 4 pisos, centros comerciales, industrias, hospitales, etc., uno de los requisitos que exigen es que desde la planificación se considere un sistema de pararrayos.

Esto protege la edificación y a sus ocupantes.
“El mayor daño puede ser que queden incomunicados por la descarga eléctrica, pero se previenen situaciones producto de una descarga eléctrica”, advirtió Grijalva.

Aunque se cree lo contrario, el 90 % de las personas que sufre la caída de un rayo sobrevive, pero puede quedar con graves secuelas como discapacidad, pérdida de la memoria, quemaduras, etc.



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