El nuevo gobernador tsáchila será posesionado el 31 de agosto
Mateo Calazacón es el cuarto hombre en su familia en ostentar el cargo de gobernador de la Nacionalidad Tsáchila.
El primero fue su abuelo, Alejandro Calazacón, le siguió su hijo, el miyá Abraham Calazacón, quien fue el último gobernador vitalicio que ha tenido la tribu.
Tras su muerte (1981) asumió el cargo su hijo, Nicanor, hermano de Mateo, quien lideró a los nativos durante 16 años y fue el artífice de reformas al estatuto que dieron paso a que las elecciones del líder sean democráticas.
El sábado, Mateo ganó los comicios para ser el máximo líder de su pueblo. Con esto, el poder volvió a la dinastía Calazacón.
Desde 1996, mediante elecciones, los Aguavil lideraban la silla del máximo líder de los tsáchilas.
El seguimiento a los casos de contaminación en los ríos también son un eje importante durante los cuatro años que durará su cargo.
“Luego de mi posesión voy a recorrer con los técnicos de la Prefectura y el Municipio los lugares en donde se concentra la contaminación”, dijo. Su plan incluye el fortalecimiento de planes para minimizar la problemática que ha afectado a los nativos desde hace una década.
La reforma de los estatutos de la nacionalidad también es parte de la lista de pendientes de Calazacón.
Este tema ha sido prorrogado desde 2007. “No están acorde a la Constitución actual. Haré un proyecto de reforma, mi meta es que sea reformado en seis u ocho meses”, manifestó.
La pérdida de las costumbres, vestimenta e idioma propios de la nacionalidad son una de sus preocupaciones, por lo que hará gestiones ante el Ministerio de Educación para fortalecer su enseñanza en las escuelas ubicadas en las siete comunas.
Mateo asegura que su “mayor reto será la unidad, la paz y la tranquilidad de los tsáchilas”, y que los nativos vuelvan a tener protagonismo a nivel local “más allá del nombre de la provincia”.
