Donald Trump aterrizará este martes en Arabia Saudita, dando inicio a su primera gira de Estado por el Golfo Pérsico en su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, en una visita que se extenderá hasta el 16 de mayo. Esta incluirá paradas en Qatar y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El objetivo central de la gira es reforzar lazos económicos y de seguridad con aliados clave de Washington en Medio Oriente, a cambio de promesas de inversión por billones de dólares y acuerdos estratégicos bilaterales.
Donald Trump emprende una gira marcada por la diplomacia transaccional
Las tres naciones árabes del Golfo que Trump visitará es Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Qatar; han desarrollado una estrategia conjunta para capitalizar su influencia sobre el presidente estadounidense, con quien han cultivado lazos estrechos. Cada país presenta una agenda distinta, pero coinciden en buscar una relación privilegiada con Washington.
Arabia Saudita pretende cerrar un pacto de defensa formal con EE.UU., mientras que los EAU aspiran a convertirse en un líder mundial en inteligencia artificial mediante acuerdos tecnológicos. Por su parte, Qatar busca consolidar su rol como aliado estratégico y mediador en conflictos regionales.
Trump ha manifestado abiertamente su interés en lograr acuerdos que representen beneficios económicos inmediatos para EE.UU., alineándose con la visión de sus anfitriones.
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Arabia Saudita: Seguridad y programa nuclear en la agenda
La principal prioridad de Donald Trump en Arabia Saudita es garantizar un compromiso de defensa con Estados Unidos, en un contexto regional de tensiones crecientes. Según funcionarios saudíes, la intención es lograr un pacto que refuerce la estabilidad del Golfo mediante apoyo militar estadounidense.
Además, Riad busca apoyo de EE.UU. para desarrollar un programa nuclear civil, aunque las negociaciones se han complicado debido a su insistencia en enriquecer uranio en territorio nacional, lo que ha generado preocupación en Washington e Israel por el riesgo de proliferación.
En el plano económico, Arabia Saudita ha anunciado un plan de expansión comercial e inversionista con EE.UU. por US$ 600.000 millones en cuatro años, con el objetivo de diversificar su economía más allá del petróleo.
Emiratos Árabes Unidos: En busca del liderazgo tecnológico
Los Emiratos Árabes Unidos centran su estrategia en fortalecer su cooperación con EE.UU. en tecnologías avanzadas, particularmente en inteligencia artificial, semiconductores y manufactura. En marzo, Abu Dhabi anunció un plan de inversión por US$ 1.400 millones en tecnología en Estados Unidos durante la próxima década.
Las autoridades emiratíes buscan también el levantamiento de restricciones a las exportaciones estadounidenses de chips de IA, impuestas durante el Gobierno anterior. Trump anunció recientemente que rescindirá dichas restricciones, lo que podría facilitar el objetivo de los EAU de liderar el sector de IA global para 2031.
Actualmente, las inversiones emiratíes en EE.UU. superan los US$ 1 billón, consolidando su posición como uno de los principales socios económicos árabes de Washington.
Qatar: Relevancia geoestratégica y mediación diplomática
Qatar, sede de la mayor base militar estadounidense en Medio Oriente, ya cuenta con vínculos formales consolidados con EE.UU. El año pasado, ambos países firmaron un acuerdo para extender la presencia militar estadounidense por 10 años adicionales y actualizaron su pacto de defensa de 1992.
Qatar también fue reconocido como Aliado Principal No-OTAN por Estados Unidos en 2022, reforzando su papel como socio de seguridad clave en la región. Además, Doha ha servido como mediador en conflictos como Gaza, Afganistán y Siria.
Durante esta visita, se espera que Qatar proponga a Trump el levantamiento de sanciones a Siria bajo la Ley César, aunque cualquier avance dependerá de las condiciones políticas impuestas por Washington.
Grandes anuncios de Donald Trump en el horizonte
Funcionarios de las tres naciones anticipan que la visita de Trump concluirá con acuerdos bilaterales de gran envergadura, tanto económicos como estratégicos. Las promesas de inversión y cooperación ya anunciadas apuntan a una relación reforzada entre EE.UU. y sus aliados del Golfo, en una coyuntura marcada por intereses mutuos.