Buenas ventas en el mercado de “pulgas” de las tres b en Santo Domingo



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Hace unos años Liseth Sánchez regalaba la ropa que ya no le quedaba, pero eso cambió cuando se enteró que sus prendas eran vendidas en un local de la ciudad, algo que la llevó a emprender.  “Yo regalaba para que la rehusaran, no para que la vendieran. Pensé en lo que sucedía y entonces me dije ¿por qué no vender directamente”, asegura.  
Desde entonces, Liseth Sánchez instaló un ‘mercado de pulgas’ (ropa usada) en el que ofrece de todo un poco.

Sus primeros clientes fueron sus amigas y vecinos, pero con el pasar del tiempo empezó a recibir ofertas de personas en todas partes del país.
En la actualidad, dice, usa su página de Facebook para vender prendas de vestir en otras ciudades de Ecuador.
Liseth es miembro del grupo de comerciantes “Mujeres Empoderadas”. Ellas se unieron hace tres años para realizar ventas de artículos de segunda mano.

Todos los domingos, desde las 08h00, las mujeres arman una carpa en el patio del hotel Génova, ubicado en las avenidas Quito y Río Yamboya de Santo Domingo.  
Por la mañana, debido a la poca concurrencia de clientes, las comerciantes aprovechan para hablar de temas variados.
En las tardes, la realidad es otra, pues personas de diferentes partes de la ciudad llegan en busca de prendas de vestir.

Allí se encuentran artículos desde 50 centavos en adelante, todo depende de lo que se requiera y del tiempo de uso.  
“Siempre veo alguna cosa que pueda quedarle a mi hijo”, dice Dolores Pinargote, cliente fija del lugar. En la carpa, se cumplen diversos protocolos de bioseguridad: cada puesto tiene alcohol y el predio cuenta con un espacio amplio para mantener la distancia social.
Al ‘mercado de pulgas’, conocido también como el mercado de las tres B (bueno, bonito y barato), llegan otros comerciantes ambulantes a vender comida, agua y dulces, el movimiento se extiende hasta las ocho de la noche.

INTEGRANTES. Son ocho mujeres las que todas las semanas salen a vender prendas usadas.
Sin embargo, en fechas festivas como San Valentín, Navidad, Día de la Madre, 3 de Julio, entre otras, más emprendedoras se unen a la iniciativa y el grupo alcanza las 16 integrantes.
Silvana Machuca, una de ellas, dice que la compra y venta de objetos usados ha ganado popularidad en la ciudad, pues muchas personas buscan nuevas fuentes de ingresos ante la falta de trabajo.
Cuando empezó su negocio vendía la ropa usada de sus cuatro hijos y en ocasiones hacía intercambio con otras amigas.
Ahora, asegura, compra pacas que sacan otras personas, con ello logra ganar el doble de lo invertido, afirma.
En su puesto lo qué más vende es ropa de niño, “se encuentran piezas desde 50 centavos hasta 5 dólares, todo depende del estado de la prenda”.
La ropa de hombre es la más cara.
Los clientes encuentran camisas, pantalones jeans y de tela, corbatas, zapatos,  camisetas…
Jordan Beltrán, de 26 años, también es parte del grupo, él vio en la venta de ropa usada la oportunidad de tener un ingreso y poder pagar sus estudios.
Todos los domingos sale de su casa para vender mercadería usada.  
“Durante la pandemia organicé mi cuarto y me di cuenta de que podía vender las cosas que no estaba usando”, detalló.
Los comerciantes esperan la visita de más personas, pues también hay días malos en los que no pueden justificar el arriendo del puesto, que tiene un valor de 20 dólares.  
Para atraer al cliente implementarán remates, es decir, todo a mitad de precio. 



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