El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, informó ante el Consejo de Seguridad de la ONU que un reciente ataque israelí destruyó la parte superior de la planta nuclear de Natanz, en Irán, donde se producía uranio enriquecido al 60%, así como su infraestructura eléctrica. La acción militar, ocurrida esta semana, generó contaminación radiactiva y química dentro de las instalaciones, aunque controlable con medidas adecuadas, según el OIEA. El incidente ha intensificado las tensiones entre Irán e Israel, en un contexto de preocupaciones globales sobre el programa nuclear iraní.
Grossi destacó que los niveles de radiactividad fuera de Natanz permanecen normales, descartando una fuga significativa al medioambiente. Sin embargo, confirmó la presencia de contaminación dentro de las instalaciones, que puede ser gestionada con protocolos de seguridad. La planta de Natanz, ubicada en la provincia de Isfahán, es clave para el programa nuclear iraní, que en los últimos meses alcanzó un nivel de enriquecimiento de uranio del 60%, cercano al necesario para fabricar un arma nuclear. El avance es señalado por Israel como una amenaza, justificando su ofensiva militar.
Afectaciones en la planta Natanz
El ataque también afectó la infraestructura eléctrica de Natanz, lo que podría haber dañado las centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio. Aunque la sección subterránea de la planta no presenta indicios de recibir impactos Grossi subrayó que “las instalaciones nucleares nunca deben ser blanco de ataques militares” debido a los riesgos para las personas y el medioambiente. El OIEA mantiene contacto constante con las autoridades iraníes para monitorear la situación y ha solicitado información detallada sobre otras dos plantas nucleares, Fordó e Isfahán, reportadas como posibles objetivos.
Medios iraníes informaron de explosiones cerca de Fordó y en el complejo militar de Parchin, al sur de Teherán. Mientras que Israel afirmó haber destruido infraestructura en Isfahán destinada a la conversión de uranio enriquecido y la producción de uranio metálico, además de laboratorios. El OIEA continúa verificando estos reportes, ya que inicialmente se informó que Fordó e Isfahán no habían sufrido daños.
Tensiones entre Irán e Israel
El contexto del ataque refleja una escalada en las tensiones entre Irán e Israel. Teherán, que insiste en que su programa nuclear tiene fines pacíficos, ha enfrentado críticas internacionales por incumplir las obligaciones del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). El jueves 12 de junio del 2025, la Junta de Gobernadores del OIEA aprobó una resolución crítica contra Irán, respaldada por 19 de los 33 países con derecho a voto. En respuesta, Irán convocó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU y, con el apoyo de Rusia, solicitó una sesión extraordinaria de la Junta del OIEA, programada para el lunes 16 de junio en Viena.
Grossi instó a ambas naciones a actuar con prudencia para evitar riesgos mayores. “Cualquier acción militar que ponga en peligro la seguridad de las instalaciones nucleares tiene graves consecuencias para el pueblo de Irán, la región y el mundo”, afirmó. Además, destacó la necesidad de diálogo y diplomacia como “el único camino sostenible” para garantizar la paz y la estabilidad. El OIEA ha tomado medidas para proteger a su personal en la región y monitorea de cerca la evolución del conflicto.
Un punto de fricción
El programa nuclear iraní es un punto de fricción durante años. Según reportes del OIEA, Irán ha incrementado su capacidad de enriquecimiento de uranio, lo que ha generado preocupación en la comunidad internacional. En 2015, el Acuerdo Nuclear (JCPOA) buscó limitar estas actividades a cambio de alivio de sanciones, pero su colapso en 2018 tras la retirada de Estados Unidos intensificó las tensiones. Desde entonces, Irán ha avanzado en su programa, mientras Israel ha llevado a cabo operaciones militares selectivas para frenar su desarrollo nuclear.
La comunidad internacional observa con preocupación los acontecimientos. La resolución del OIEA refleja el consenso de que el incumplimiento de Irán debe abordarse, pero también destaca la urgencia de evitar una escalada militar que pueda tener consecuencias catastróficas. Grossi reiteró la disposición del OIEA para colaborar con todas las partes y garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares.
La situación en Natanz y las posibles afectaciones en otras plantas subrayan los riesgos de los conflictos en torno a instalaciones nucleares. Mientras Irán y sus aliados exigen medidas contra Israel, el OIEA enfatiza la importancia de proteger estas infraestructuras críticas. La reunión del lunes 16 de junio en Viena será clave para evaluar los daños y definir los próximos pasos en este delicado escenario geopolítico.