El informe anual de InSight Crime (organización de análisis especializada en crimen organizado) publicado el 26 de febrero de 2025 refleja un panorama desolador de la situación en Ecuador, que ha pasado de ser un país latinoamericano relativamente pacífico a convertirse en la región más peligrosa del continente.
La tasa de homicidios en 2024 alcanzó la escalofriante cifra de 38,8 por cada 100.000 habitantes, superando con creces las tasas de Venezuela, Colombia y México. Este dramático cambio indica un catastrófico deterioro de la situación de seguridad, situando al país a la cabeza de la triste clasificación de delitos violentos en América Latina.
A pesar de la aparente disminución de los homicidios en comparación con 2023, 2024, Ecuador ha pasado a la historia como el segundo año más violento registrado. Este hecho pone de relieve la magnitud del problema, mucho más allá de las fluctuaciones habituales de las estadísticas sobre delincuencia.
Ecuador vive una escalada de violencia
Mientras que la mayoría de los países latinoamericanos muestran una tendencia a la baja de la violencia, Ecuador se ha convertido en una excepción. Esto contrasta fuertemente con la tendencia general y convirtiéndose en el epicentro de una crisis de seguridad regional.
Esta explosión de violencia se debe a varios factores. Entre estos destaca la evolución de las bandas criminales. Tras los intentos del gobierno actual de frenar sus actividades, las estructuras criminales han sufrido una importante reestructuración. Es más, se adaptan a las nuevas condiciones y descentralizándose.
La anterior jerarquía rígida dominada por líderes encarcelados se ha roto, dando paso a grupos más autónomos, independientes y más impredecibles. Esto significa que los métodos tradicionales de lucha contra los cárteles de la droga en Ecuador, centrados en neutralizar a los cabecillas, son cada vez más ineficaces.
La competencia por el control de las rutas clave del narcotráfico, los puertos y otros lugares estratégicos, como oleoductos y minas, se ha intensificado. La lucha por las esferas de influencia va acompañada de violentos enfrentamientos entre bandas. A menudo, con el uso de armamento pesado, que provocan enormes pérdidas de vidas humanas y crean un clima de miedo generalizado.