En Ecuador, la contaminación acústica ha alcanzado niveles preocupantes, con mediciones que superan los 85 decibelios en zonas urbanas como Quito,Portoviejo, Manta y Guayaquil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la exposición prolongada a estos niveles de ruido puede causar daños irreversibles en la audición, aumentando el riesgo de pérdida auditiva. La falta de concienciación y el incumplimiento de normativas agravan esta situación, convirtiéndola en un problema de salud pública.
Estudios recientes realizados por GAES han registrado niveles de ruido que oscilan entre 89 y 97 decibelios en áreas de alta afluencia de personas en las principales ciudades del país. Estos valores superan el umbral de seguridad recomendado por la OMS, establecido en 85 decibelios. A pesar de la existencia de normativas para controlar la contaminación acústica, su cumplimiento es deficiente, y la falta de concienciación de la población contribuye a que este problema no sea tratado con la urgencia que merece.
Impacto en la salud auditiva y general
La exposición prolongada a altos niveles de ruido puede causar una pérdida irreversible de audición, lo que disminuye la percepción del sonido. Además, se ha demostrado que el ruido puede aumentar los niveles de estrés, alterar los patrones de sueño y afectar la salud cardiovascular, conllevando un mayor riesgo de hipertensión y ansiedad. La OMS estima que más de mil millones de personas de entre 12 y 35 años están en riesgo de tener pérdida auditiva debido a la exposición a ruidos recreativos.
Consecuencias económicas y ambientales
La contaminación acústica también tiene implicaciones económicas, contribuyendo indirectamente a los costes relacionados con la pérdida de productividad y la salud mental. Además, afecta a los animales de zonas urbanas, perturbando su comunicación y causando angustia, lo que dificulta su vida cotidiana.
Medidas para mitigar la contaminación acústica
Con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, que se conmemora hoy (último miércoles de abril), se recomienda adoptar las siguientes medidas para proteger la audición:
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Utilizar protectores auditivos si se está expuesto a ruidos fuertes durante mucho tiempo.
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Limitar el tiempo de exposición en lugares ruidosos como discotecas, restaurantes y bares.
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Evitar el uso excesivo de auriculares y dispositivos de audio personales, siguiendo la regla 60/60: escuchar música a un máximo del 60% del volumen durante no más de 60 minutos al día.
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Realizar revisiones auditivas periódicas, especialmente si se está expuesto a contaminación acústica permanente.
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Implementar soluciones tecnológicas como el sistema CROS, diseñado para personas que han perdido la audición en un oído y necesitan redirigir el sonido hacia el lado sano.
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Promover campañas de concienciación sobre los efectos nocivos del ruido en la salud.
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Fortalecer la aplicación de normativas existentes y desarrollar políticas públicas para controlar la contaminación acústica.
En Cuenca, por ejemplo, se ha aprobado una ordenanza para regular y controlar los niveles de ruido en el cantón, representando un avance para los ciudadanos que demandan un ambiente más tranquilo y saludable.
La contaminación acústica en Ecuador es un problema latente que requiere atención inmediata. La implementación de medidas preventivas y la concienciación de la población son fundamentales para proteger la salud auditiva y general de los ciudadanos. Solo a través de un esfuerzo conjunto entre autoridades, instituciones y la sociedad civil se podrá crear un entorno más silencioso y armonioso para todos.