El sistema educativo de Ecuador ha experimentado una notable contracción en el último año, con una disminución de aproximadamente 370.420 estudiantes a nivel nacional. Según cifras del Ministerio de Educación, el número total de alumnos pasó de 4,370,420 en el período 2024-2025 a cerca de 4 millones para el ciclo 2025-2026. Esta abrupta caída en la matrícula sugiere una reconfiguración significativa del panorama educativo, cuyas implicaciones a largo plazo para el desarrollo del país empiezan a ser objeto de análisis.
Esta variación en la población estudiantil vino acompañada de una reducción en el número de instituciones educativas activas, que pasaron de 16.161 a 15.400 en el mismo lapso, lo que representa el cierre o fusión de 761 establecimientos educativos.
Análisis Comparativo por Régimen Escolar
El descenso en el número de estudiantes se evidencia en los dos regímenes escolares del país, aunque de forma desigual:
- Régimen Costa-Galápagos: Para el período 2025-2026, retornaron a las aulas 2.3 millones de estudiantes y 115 mil docentes en 9,400 instituciones educativas. La cifra de alumnos es ligeramente inferior a los 2’364.980 registrados en el ciclo 2024-2025, mostrando una contracción moderada.
- Régimen Sierra-Amazonía: La caída fue mucho más pronunciada en esta región. Para el año lectivo 2025-2026, regresaron a clases más de 1.7 millones de estudiantes en 6,000 instituciones. Este número representa una disminución de más de 300,000 alumnos en comparación con los 2’005.440 del período 2024-2025, lo que se traduce en una caída superior al 15% en la matrícula de la región en solo un año.
Contexto del Sistema Educativo 2024-2025
Para poner en perspectiva la magnitud del cambio, es útil recordar la estructura del año lectivo anterior. En el ciclo 2024-2025, el sistema educativo contaba con el respaldo de 209.471 docentes a nivel nacional. La gran mayoría de los estudiantes (3’426.898, o el 78 %) asistía a instituciones fiscales (públicas), lo que subraya el rol preponderante del Estado en la educación.
Este nuevo escenario abre un debate sobre sus posibles causas, que podrían incluir desde factores demográficos, como una desaceleración en la tasa de natalidad, hasta factores socioeconómicos que podrían estar afectando el acceso y la permanencia en el sistema escolar. Las autoridades educativas enfrentan ahora el desafío de analizar estas tendencias para adaptar la oferta de servicios, optimizar los recursos y garantizar la calidad de la educación en esta nueva realidad.