La Comisión de la Niñez, Adolescencia y Familia de la Asamblea Nacional sesionó este 17 de septiembre de 2025 en Quito para fiscalizar las muertes neonatales en el Hospital Universitario de Guayaquil, donde el exdirector Ariel Sarduy detalló que la sobredemanda, la falta de insumos y un brote bacteriano fueron factores determinantes.
Insuficiencia de insumos y brecha de personal
El legislador Ricardo Patiño señaló que los problemas iban más allá de las jeringuillas. Mencionó falta de limpieza, propagación de bacterias, escasez de medicamentos e insumos y condiciones higiénicas deficientes por construcciones cercanas con roedores.
También indicó retrasos en los pagos al personal de limpieza y la inexistencia de ambulancias funcionales. Estos elementos, dijo, afectaron de manera directa la atención a neonatos.
“Queremos entender las razones principales de estas muertes y, sobre todo, cómo evitar que se repitan”, enfatizó el legislador ante la comisión.
Respuesta del exdirector Sarduy
El Dr. Ariel Sarduy explicó que los contratos de limpieza estaban vigentes, aunque existían retrasos en los pagos. Estos, dijo, se intentaron regularizar durante su gestión.
Respecto a la infraestructura, recordó que el hospital heredó un edificio en obra gris con deficiencias. Añadió que se elaboraron 240 planos técnicos y un estudio de Hospiplan que concluyó que las edificaciones eran repotenciables.
El exdirector también destacó la creación de la unidad materno-fetal para pacientes de alto riesgo. Esta iniciativa incluyó un equipo especializado y convenios interinstitucionales.
Brote bacteriano y condiciones críticas
Sarduy explicó que el brote de KPC se originó por la sobredemanda de pacientes en áreas críticas. “La unidad estaba diseñada para cinco pacientes, pero se atendieron hasta 14, usando quirófanos como espacio adicional”, dijo.
Esta situación generó hacinamiento y dificultó la desinfección, lo que multiplicó los riesgos de infección. A esto se sumó la escasez de insumos y de antibióticos esenciales para tratar a los recién nacidos.
Según el exdirector, la sobrecarga también afectó al personal. Se llegó a atender a 55 o 60 neonatos con seis u ocho médicos de guardia y un número limitado de enfermeras, superando los estándares nacionales e internacionales.
Denuncias y gestiones pendientes
Durante la sesión, Andrea Fajardo, madre de un neonato, denunció sondas sucias, pañales fuera de envases y presencia de hormigas en el área neonatal.
Aseguró que debió comprar medicamentos que el hospital no tenía y pidió un cupo para otro hospital, pero no lo consiguió. “He pedido ayuda y no han hecho nada”, afirmó.
La comisión anunció que notificará al Ministerio de Salud Pública y a la Fiscalía General del Estado para garantizar asistencia inmediata y proteger la vida del neonato.