Jonathan Alvarado Romo, de 28 años, murió la tarde del lunes 15 de septiembre en el recinto La Golconda, parroquia Febres Cordero de Babahoyo, tras atragantarse con un pastel de carne.
La tragedia durante una comida familiar
Según testigos, el joven comía tranquilamente en su vivienda cuando comenzó a agitarse y pedir ayuda. La comida bloqueó sus vías respiratorias y, pese a los intentos de sus familiares por auxiliarlo, la situación se volvió crítica en pocos minutos.
En medio de la desesperación, lo trasladaron al centro de salud de Mata de Cacao. Sin embargo, los médicos confirmaron que llegó sin signos vitales. El tiempo que permaneció sin respirar resultó determinante para que perdiera la vida.
Los allegados relataron que Jonathan era un joven trabajador y reconocido en la zona por su carácter amigable. La noticia de su muerte se difundió rápidamente y provocó consternación en la comunidad.
Conmoción en la comunidad de Babahoyo
En La Golconda, vecinos y familiares lo despidieron con tristeza. “Era un muchacho que siempre ayudaba a los demás. No podemos creer lo que pasó”, comentó uno de los residentes.
Las autoridades de salud recordaron que los casos de atragantamiento requieren atención inmediata con maniobras de desobstrucción, como la técnica de Heimlich. La falta de conocimiento de estos procedimientos suele agravar la situación en emergencias similares.
En Babahoyo, como en otras zonas rurales del país, la lejanía de los centros médicos también complica la atención oportuna de emergencias respiratorias.
Contexto sobre muertes por atragantamiento
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, las asfixias por atragantamiento representan una de las principales causas de muerte accidental en el mundo. En Ecuador, aunque no existen estadísticas específicas recientes, los reportes médicos alertan sobre la necesidad de capacitación comunitaria en primeros auxilios.
Recomendaciones de prevención
Especialistas recomiendan masticar adecuadamente los alimentos, evitar hablar mientras se ingiere comida y supervisar a niños o adultos mayores durante las comidas. También sugieren a las comunidades rurales recibir capacitaciones en primeros auxilios básicos, incluyendo maniobras de reanimación y desobstrucción.
La tragedia en Babahoyo se convierte así en un llamado de atención sobre la importancia de la prevención y la preparación comunitaria frente a emergencias que, aunque parecen poco probables, pueden resultar mortales en cuestión de segundos (31).