El Passage du Gois (Pasaje de Gois) es una carretera de 4.2 kilómetros que une la isla de Noirmoutier con el continente en la bahía de Bourgneuf, Francia. La particularidad es que esta carretera desaparece bajo el agua dos veces al día debido a las mareas. Aquello la convierte en una de las vías más singulares y arriesgadas del mundo. Se han dado casos de vehículos que han quedado atrapados durante su paso.
Este fenómeno natural, que cubre la carretera con hasta cuatro metros de agua, atrae a turistas y exige precisión a los conductores para cruzar en horarios específicos. El pasaje de Gois, construido con piedra y utilizado desde el siglo XVI, solo es transitable durante breves períodos. Aproximadamente 1.5 horas antes y después de la bajamar, se la puede usar, según indican los paneles informativos en ambos extremos.
El Pasaje de Gois es todo un desafío para conductores
Las autoridades advierten que ignorar estos horarios puede dejar a los vehículos atrapados por la rápida subida del agua. Para garantizar la seguridad, se han instalado torres de rescate a lo largo del trayecto. Allí, conductores y peatones pueden refugiarse hasta ser rescatados. Aunque los incidentes suelen resolverse sin víctimas, los vehículos frecuentemente sufren daños por la exposición al agua salada.
El Pasaje de Gois ha ganado fama internacional, especialmente tras su aparición en el Tour de Francia en 1999 y 2011. En aquellas ocasiones, su superficie resbaladiza, cubierta de algas, provocó caídas de ciclistas. Desde 1971, un puente alternativo conecta Noirmoutier con el continente, pero la carretera sigue siendo una atracción turística.
La carretera enfrenta retos por el cambio climático
Durante la bajamar, la zona se transforma en un punto de recolección de mariscos, actividad que impulsa la economía local. A pesar de las señales de advertencia, decenas de personas quedan atrapadas anualmente, lo que ha llevado a reforzar la seguridad y la señalización. Ubicada a una hora de Nantes, en la región de Vendée, la carretera enfrenta retos por el cambio climático, que podría alterar los ciclos de marea y complicar su mantenimiento.
Organizaciones locales trabajan para preservar tanto la vía como el ecosistema marino de la bahía. El de Gois es un ejemplo único de la interacción entre la infraestructura humana y la fuerza de la naturaleza. Los horarios de marea, disponibles en la página oficial de la carretera, son imprescindibles para quienes deseen cruzarla. Esta vía, es considerada una de las más peligrosas del mundo.