El Ejército de Nepal emitió este martes un llamado a la calma y la contención, en medio de una profunda crisis política que ha dejado al menos 20 personas muertas. La tensión se agravó tras la dimisión del primer ministro Sharma Oli. Esto ocurrió en medio de masivas protestas provocadas por la prohibición del acceso a redes sociales en el país.
Crisis social tras censura digital
Las protestas estallaron luego de que el Gobierno de Nepal restringiera el acceso a plataformas sociales clave. Esta fue una respuesta a un creciente descontento juvenil y acusaciones de corrupción institucional. Jóvenes manifestantes salieron a las calles denunciando la falta de transparencia y pidiendo reformas políticas profundas.
Con el paso de los días, las marchas derivaron en enfrentamientos violentos, resultando en la muerte de al menos una veintena de personas. La renuncia del primer ministro Sharma Oli, anunciada este martes, buscaba apaciguar los ánimos; sin embargo, la tensión sigue latente en varias regiones del país.
Ejército llama a proteger el patrimonio nacional
A través de un comunicado oficial, las Fuerzas Armadas de Nepal solicitaron a la población “evitar la violencia” y “reducir las tensiones”. El documento también enfatizó la necesidad de proteger el patrimonio cultural e histórico, ante los reportes de daños a edificios públicos durante las protestas.
“Pedimos la protección del patrimonio nacional. La defensa de los bienes históricos, culturales y arqueológicos es un deber ciudadano, especialmente en estos momentos críticos”, señala el comunicado.
El Ejército reafirmó su compromiso con la seguridad de la ciudadanía. Indicaron que su objetivo es salvaguardar vidas y prevenir un mayor deterioro del orden público.
Gobierno interino y condolencias por las víctimas
Varios altos funcionarios del ahora Gobierno interino emitieron un pronunciamiento conjunto en el que también se pidió “cooperación ciudadana”. Asimismo, expresaron condolencias por la muerte de los manifestantes.
“Tras la dimisión del primer ministro, pedimos a la población evitar daños contra la propiedad y la vida ajena”, indica el documento. También hace un llamado a canalizar el descontento por vías pacíficas.
Las autoridades han reconocido el malestar social existente. Sin embargo, instaron a los manifestantes a no recurrir a la violencia, advirtiendo que nuevas alteraciones al orden podrían requerir una respuesta de seguridad más firme.
Repercusiones y posibles escenarios
Analistas regionales señalan que la crisis actual podría marcar un punto de inflexión en la política nepalí. La caída del Gobierno, tras el colapso en la gestión de libertades digitales, evidencia una desconexión entre el poder central y las nuevas generaciones. Estas generaciones demandan mayor participación y transparencia.
El Parlamento de Nepal deberá ahora nombrar un nuevo primer ministro, en medio de un clima de alta polarización y presión ciudadana. Organismos internacionales han exhortado al país a garantizar el derecho a la protesta pacífica. Además, deben restaurar el acceso libre a internet, como condiciones para el retorno a la estabilidad.