Jonathan, una tortuga gigante de Seychelles, supera los 190 años de edad, consolidándose como el quelonio más longevo del mundo. Según estimaciones de historia, su llegada se dio en la isla de Santa Elena, en el océano Atlántico, en 1882. Su longevidad, que desafía el paso del tiempo, se debe a su hábitat en Plantation House, residencia del gobernador local. En la actualidad la vigilan constantemente por veterinarios y expertos.
A Jonathan la trasladaron desde las Islas Seychelles a Santa Elena en 1882, junto a otras tres tortugas, con una edad estimada de al menos 50 años en ese momento. Esto sitúa su nacimiento alrededor de 1832, según registros históricos y fotografías de la época. Una imagen tomada entre 1882 y 1886 lo muestra pastando en los jardines de Plantation House, confirmando su madurez.
A la tortuga Jonathan la han cuidado 32 gobernadores
Desde entonces, ha vivido bajo el cuidado de 32 gobernadores, siendo un símbolo del territorio británico de ultramar. A sus más de 190 años, Jonathan mantiene una rutina básica: comer, dormir y aparearse. Ha perdido la visión y el olfato debido a la edad, pero su audición sigue intacta, respondiendo a la voz de su veterinario, Joe Hollins, quien lo alimenta a mano una vez por semana. Su dieta está conformada por coles, zanahorias, pepinos y manzanas.
Comparte su hábitat con otras tres tortugas, David, Emma y Fred, mostrando ocasionalmente interés reproductivo hacia ellas. La estimación de su edad se basa en evidencia fotográfica y su estado al llegar a Santa Elena. Una imagen de la Guerra Bóer, circa 1900, muestra una tortuga similar junto a un prisionero, sugiriendo que podría ser Jonathan.
La longevidad resalta la resiliencia de las tortugas gigantes
Esto lo convierte en el animal terrestre vivo más antiguo registrado, superando a Tu’i Malila, una tortuga radiada que vivió 188 años hasta 1965. Aunque algunos especulan que podría tener hasta 200 años, no hay registros precisos de su nacimiento. Jonathan ha sido testigo de hitos históricos, desde la primera fotografía de una persona en 1838 hasta la llegada del hombre a la Luna en 1969.
Su imagen aparece en la moneda de 5 centavos de Santa Elena, reflejando su estatus cultural. Los cuidadores informan que ha superado bien el invierno reciente, adaptándose a las condiciones climáticas con baños ocasionales y descansos en pilas de hojas. La longevidad de Jonathan resalta la resiliencia de las tortugas gigantes de Aldabrachelys gigantea hololissa y subraya la importancia de la conservación de especies.
Su salud sigue siendo monitoreada, y su presencia en Plantation House atrae a visitantes interesados en la historia natural. Las autoridades locales continúan su cuidado, asegurando que esta leyenda viva permanezca como un ícono de longevidad.