Julio está por terminar, pero destacó como el mes del autocuidado, el mismo que cobra especial importancia en un momento en que los sistemas de salud, sobre todo en América Latina, están bajo una creciente presión debido al aumento de enfermedades crónicas no transmisibles.
La importancia del autocuidado
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el autocuidado como la capacidad de las personas, familias y comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades y gestionarlas con o sin ayuda profesional. Este, se establece como una herramienta fundamental para fortalecer la salud pública y asegurar la sostenibilidad del sistema sanitario.
De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las enfermedades no transmisibles (ENT) son responsables del 71% de las muertes en todo el mundo. En las Américas, causan 5,5 millones de muertes cada año, de las cuales 2,2 millones ocurren antes de los 70 años. Enfermedades como las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas tienen algo en común: son altamente prevenibles a través de hábitos de vida saludables.
Una solución preventiva y sostenible
El autocuidado, entendido como la toma de decisiones conscientes para mantener la salud física y mental, tiene el potencial de reducir significativamente la carga de enfermedades que se pueden evitar.
Según la Federación Global de Autocuidado, esta práctica podría generar un ahorro global de hasta $119 mil millones anuales en sistemas de salud. En América Latina, esto podría traducirse en una reducción de hasta 7.200 millones de dólares al año en costos médicos.
Más allá del impacto económico, el autocuidado promueve una ciudadanía más informada, activa y responsable en la gestión de su bienestar, puesto que, fomenta la prevención primaria a través de una alimentación equilibrada, la actividad física regular, control de peso, manejo del estrés y chequeos médicos periódicos. Estas acciones ayudan a reducir la incidencia de enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión y los problemas cardiovasculares.
Ecuador: el reto de lograr el autocuidado
En el país, según datos del Ministerio de Salud Pública, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte. Representan el 24% del total de defunciones. Mientras que la diabetes afecta al 5,53% de la población, y la mayoría de los casos son prevenibles. Sin embargo, solo el 35% de los ecuatorianos se ejercita de manera regular, y más del 60% consume dietas altas en azúcares y grasas saturadas. Esto, aumenta el riesgo de enfermedades metabólicas y crónicas.
La OMS señala que hasta el 80% de las enfermedades crónicas podrían evitarse adoptando estilos de vida saludables centrados en el autocuidado. Esta cifra no solo representa un desafío, sino también una gran oportunidad: empoderar a las personas a través de la educación en salud, el uso responsable de medicamentos y diagnósticos, y el acceso a herramientas digitales que faciliten una gestión autónoma y efectiva de su bienestar.
Cinco claves para preservar la salud
Hay cinco claves que pueden cambiar por completo tu salud y prolongar tu vida:
- Alimentación balanceada: Consumir una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras, limitando azúcares y grasas saturadas. Esto fortalece el sistema inmunológico y previene diabetes y obesidad.
- Ejercicio regular: Realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, como caminar o nadar, reduce el riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas y problemas articulares.
- Control del estrés: Practicar técnicas como meditación, yoga o respiración profunda disminuye los niveles de cortisol. Esto ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y trastornos de salud mental.
- Chequeos médicos periódicos: Visitar al médico anualmente para exámenes de sangre, presión arterial y detección temprana de anomalías permite tratar a tiempo condiciones como cáncer o diabetes.
- Sueño adecuado: Dormir entre 7 y 8 horas diarias mejora la función metabólica y cardiovascular. Además, reduce el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas. (13).