Para los migrantes ecuatorianos que cruzan la frontera con un paquete de cigarrillos en el bolsillo, el choque de precios en Estados Unidos puede ser tan fuerte como el cambio de idioma. Lo que en Ecuador cuesta $3, en Estados Unidos puede multiplicarse fácilmente hasta por cuatro. Fumar no solo es un riesgo para la salud, también puede convertirse en un lujo difícil de sostener para quienes recién llegan y deben priorizar sus gastos.
Ese es el caso de Cristian Párraga, un manabita que migró a Nueva Jersey en 2023. “En Ecuador me fumaba una cajetilla diaria. Allá me costaba unos $3. Pero aquí, pagar $9 por lo mismo es una locura. En los primeros meses, tuve que elegir entre el cigarro o la comida… y claro, comía menos”, cuenta entre risas resignadas. Hoy, ha reducido su consumo a menos de la mitad por el costo, no por voluntad.
Una diferencia que pesa en el presupuesto
La comparación económica entre fumar en Ecuador y en EE.UU. revela un salto drástico. Mientras que en Ecuador un fumador gasta en promedio $3 diarios (dependiendo de la marca), en Estados Unidos el mismo hábito puede requerir más del triple.
Este gasto representa un desafío para los migrantes recién llegados, especialmente quienes trabajan por horas, pagan renta compartida o aún no regularizan su estatus laboral. Un fumador habitual debe disponer de al menos $150 adicionales al mes solo para mantener el consumo previo.
¿Cuándo se considera a alguien fumador?
Desde el punto de vista médico y estadístico, se considera fumador habitual a toda persona que consume entre 10 y 15 cigarrillos diarios. Según la American Lung Association, en EE.UU. el promedio es de 15 cigarrillos al día.
Este patrón significa que el hábito se instala como parte del día a día, con implicaciones económicas, sanitarias y sociales. Para los migrantes, el contexto cambia: entre regulaciones más estrictas, publicidad antitabaco y precios elevados, muchos optan por reducir el consumo o buscar alternativas como el vapeo, aunque este también conlleva riesgos y regulaciones propias.
Un hábito que no migra fácilmente a Estado Unidos
Los costos elevados, los impuestos estatales y federales, además de las políticas públicas de desincentivo, convierten al cigarrillo en un producto progresivamente inaccesible. Aunque en Ecuador aún es relativamente barato, en Estados Unidos se ha convertido en un producto que erosiona el presupuesto mensual de manera importante.
Para Cristian, ese cambio fue inesperado. “Nunca pensé que el cigarrillo sería lo más caro que tenía que pagar. No me lo quitó un doctor, me lo quitó el precio”, dice.
Así, para quienes llegan con el hábito bien arraigado, fumar se convierte en un lujo insostenible en un país donde cada centavo cuenta.