En el sector Subidita al Cielo, de la ciudadela Cevallos, siete familias alojadas en un albergue temporal expresan su preocupación por el inminente cierre del lugar, programado para este mes. Residentes como Jahayra Zamora y Mariana Vélez, afectadas por riesgos de deslizamientos durante la reciente temporada invernal, aseguran no tener un lugar seguro adónde ir, mientras esperan el bono de arrendamiento del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi).
Zamora, madre de familia que lleva tres meses en el alojamiento temporal, relata que sus allegados también viven en zonas de riesgo, lo que imposibilita encontrar una familia de acogida. “Volver a mi casa es riesgoso, aunque no llueva (…) Nos han dicho que el contrato de los gestores termina el 14 de junio, por lo que nosotros también tendríamos que salir. Lo que nos preocupa es que el bono para el arriendo del Miduvi saldría en julio o agosto”, explicó.
Similar es el caso de Mariana Vélez, quien vivió un deslizamiento de tierra el pasado 2 de marzo que afectó parte de su vivienda. “Fue horrible. Todo se vino abajo por la parte de atrás. Los vecinos me llamaban para saber si estaba bien”, recordó la mujer. José Luis Feiz, presidente de la agrupación Primero de Mayo y Subidita al Cielo, señaló que a las siete familias alojadas se suman otras 50 identificadas por el Municipio de Portoviejo que viven en zonas de alto riesgo. En este sector, ubicado en la parte alta de la parroquia Francisco Pacheco, personal de la dirección municipal de Riesgos y Sostenibilidad Ambiental detectó en la temporada invernal la formación de grietas de hasta 80 centímetros que amenazan con colapsar las viviendas de la zona.
#Portoviejo | Siete familias del sector Subidita al Cielo enfrentan incertidumbre por el cierre inminente del último albergue temporal este mes, tras riesgos de deslizamientos en la temporada invernal https://t.co/5VpTSCzfyh pic.twitter.com/7Gq6KOvFb7
— Manavisión Canal 9 (@manavisionec) June 13, 2025
Sólo queda un alojamiento temporal
David Villacreses, director municipal de Desarrollo Social y Humano, explicó que los alojamientos temporales, siete en total, se instalaron para atender emergencias por inundaciones en zonas rurales y riesgos de deslizamientos en áreas urbanas. En el caso rural, las familias retornaron progresivamente tras labores de limpieza y la entrega de cerca de bonos antrópicos del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), complementados con apoyo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Cruz Roja para recuperar cultivos y animales. En el ámbito urbano, como en las ciudadela Cevallos, el riesgo de deslizamientos predominó, con un caso puntual de colapso parcial de una vivienda, aunque sin víctimas.
El funcionario indicó que, si bien el albergue de la Subidita al Cielo, el último que queda en funcionamiento, debe cerrar este mes, la medida podría quedar en análisis. Villacreses se refirió a la posible extensión de unos días para resolver casos específicos, como el de dos personas adultas mayores que no cuentan con familias de acogida.
Cerca de $80.000 en ayuda humanitaria
El director municipal destacó que la mayoría de las familias ya iniciaron trámites con el Miduvi para un bono de arrendamiento de tres a seis meses, seguido de una solución habitacional definitiva: 50 casas gestionadas por el alcalde Javier Pincay con el ministro de Vivienda. Sin embargo, Feiz advierte que la demora en los beneficios genera incertidumbre, ya que muchas familias no pueden regresar a sus hogares en Subidita al Cielo, un sector donde las quebradas y grietas agravan el riesgo de deslizamientos.
El costo de los albergues ascendió a unos aproximadamente 80.000 dólares en ayuda humanitaria, cerca de 20.000 dólares en servicio de alimentación y cerca de 40.000 dólares en contratación de 25 gestores que trabajaron en turnos de 24 horas. También se entregaron kits de alimentos no perecederos, higiene y descanso, apoyados por donaciones ciudadanas y de empresas privadas.